-103-
-
¡Que parejita que ·on!
repitió
ontn.·iasmado
don
-'- nastn ·io,
un chispín,
tío de R0 alía, que dedn siemprP
lo
que Re
le antójaba. Pero ni la observaeión ni
ln cop ln
agradaron
a
Don. VicenLe, padre de Benjamín, que tenia o–
trns miras con
re pedo al muchacho.
Y
dijo de
mal hu-
mor.
-No
diga us cosas, Don Tanasio;
todavía Benja e·
un mocoso.
Se t0rnó
al b,üle. Esta vez P acho, el
hermano
ma–
yor
de Benjamín, se apoderó de
la
guitarra . Se
las clabfl.
tamoién de cantor. Benjamín bailaba con Rosa.lía, por
·t~~u11-
da vez.
"D
o dos que e tán bai l 10do,
. i
ro
dieran a ·escng
r
co_mo soy tuu in 1cc-mte,
co i-eTa la mujer".
Don Anastasio observó:
-¿Y
el
Pacho también es uu mocoso?
Esta vez don Vicente uo dijo nada. Y se dirigió acre-
mente a B enjamín .
-¡B en jamín !
-¡Mand e!
-¡Ven a d arme cuenta de mis encargos en
b
uinclad!
Al bajar d e la colin a, Ben.i:IJilín, guardándo e de su
padre, se dió modos para colocarse junto a RosR.lía. Y le elijo;
-Est os dos que están bajando,
qu e parejita que on,
quisiera ser padre Cura,
par a dar la b endición.