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había
tambos
o moradas mandadas construir por los
Incas...
7.
Oalzadcts inoaiccts.
-
Fuera
de
esto,
E~"ic
Bo–
man
cit~
dos
calzad~1s
incásicas, cuyos restos exis–
ten todavía; ambas partían
ele
~a
Quebrada del Toro,
en
Morohiiasi;
una (la que
Bom.anha visto) iba ha–
cia
el
sudeste,, para el Valle de Lerma
(26);
y la otra,
hacia
el
sudoeste hasta dar
en
los Valles üalcba–
quíes . .
8.
ótt~os
testin:wnios.
--
Finalmente hay otros te$–
. timonios fehacientes que nos hablan del dominio in
1
:
cásico sobre
los
cl~agui·tas.
Fr&y
Reginaldo
de
Lizárraga
dice
exp:rnsamente,
por ejemplo, refiriéndose a estos indios que
'el
Inga
los tuyo subjetos", y
qu~
'servíanle y tributáhanle
oro en cantidad'
(op.,,
lib. ·
II,
cap.
LXVII).
Ruy
Dí~z
de
Guzmán
y
~el
Padre Techo afirma.n,
má~
o menos, lo mismo.
Y
hasta
el
propio Lozano,
primer negador
del
dominio incásico
en el
Tueumán
de los
cliaguitas, nos
da a
ente:uder claranwnte ese
_dominio:
cuanclo~ :i:ios
cuenta
qn_e los
Incas se
habían
aprovechado de las ricas minas de Fa.matina; cuando
nos
habla
de
tambos
y
caminos
del
Inca;
y
.cuando
cita, en fin, a otros que afirman categórieamente la
sumisión diaguita
al poder
incásico
(27).