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la famosa embajada del reino de
Tucrna,
de someti–
miento y vasallaje, ante el Inca Yupanqni, también
llamado Huiracocba
(op. cit.,
t. II, págs. 411 - 413).
.
I
6.
Testimonio del oidor Matienzo .
-
Don Juan
de
Matienzo, oidor, en una carta enviada al rey de Es–
paña, en enero de
1566,
nos ha dejado una famosa
:relación del
itinerario
o camino seguido hasta enton–
ces por los españoles que venían del Perú a Tucn–
mán
(op.).
Según esa relación - que nos merece la más ente–
ra fe, - dicho itinerario estaba casi calcado sobre
un viaje
ca11iino de los Incas,
del cual en esa época
sólo quedaban los
tambos
derruídos. Los tambos (de
'tampit),
que significa 'morada') eran p equeños al–
bergues de paredes de piedra en su mayol' parte,
puestos de trecho en trecho a lo largo del camino, a
manera de posadas. Matienzo los cita en todo el tra–
yecto le la Puna j ujeña y de los Valles Oalchaquíes,
por donde era el trazado del itinerario. Al llegar a
la altura de Oolalao del Valle, o poco más al sur (en
el Tucumán actual), dice Matienzo que allí
se apar–
taba
«el camino del ynga para la ciudad de Londres
y de allí pªra Chile por la cordillera de Almagro...
»
Doblando hacia la izquierda se tomaba la ruta de
Oañet.e y Santiago del Estero. Matienzo sigue esta
última,
y
todavía nos habla de
tmnbos
y
tamberia
del ynga,
hasta cinco leguas antes de dar en «la bo·
ca de la quebrada entrada de los Andes de Tucu–
mán
»...
Lo que quiere decir que en el Valle de Tafí