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necesario conjurar... ; el
niño
enterrado
v1 vo,
col–
mado de dones ...
«Los collarés de pequeña.s piedra,s ... ; la india ata–
viada con el costoso y raro don, la afeccjó_p. corres–
pondida, fas ingenuidades
del idilio amoroso, eiitre
las breñas
·y
las rocas ...
«Otros objetos más pequeños
y
de menos péso nos
transport~n
al hogar, al centro de la familia,
y
entre
dsas infantiles e in-genuas exclamaciones de placer,
grandes besos de cariño
y
estrechamientos de amor...
«.Las ,puntas de flechas de piedra o de hu'eso, pri-
r
morosamente talladas,
con
sus bordes dentados co- ·
mo serruchos, elaboradas al calor de
1~
.lumbre, con
toda
ferocidad,
~ntre
ensueños de _gloria
y
de ven–
ganza...
«
Las partidas de caza ; la vi-cuña traspasada, do- .
b1and.o
sus
rodillas
y cayendo fu1minada con el
cuello estirado, la charqueada de sus c,arnes apete–
cidas y el
despoj~
ele
su piel lanosa.
~'"
«
I"os combates siq.gulares con los
pum.asde
las
ásper3:s breñas-o con
terribles jaguares de
las faldas
boscosas ...
,
.
«El humilde tortero de
pie~ra,
hueso o ba.rro,
sim-
pie
o ad.ornado con
dibnjos ,
ca.pricho'sos,
con
su
forma circular
y
su agujero en el centTo
para
colo·
car
el vástago
del buso, otra faz
de
la
vida
tran-.
qnila: la
india hilando
con su vellón de lana énro–
llado
en el
brazo izquierdo, cantando
un
harav_.ec
J
detrás .de sus
llamas
en pastoreo, o
alrededor del
fuego, mientra& el viento de las cumbres
a~otaba
la