204 -
donde hoy apenas se oye, le cu ndo en cuando, el
gm:.
o–
-
g'l.iac
de los
~orros
... Y qne a los llanos de Tncumán, de
Santiago
~
de Córdoba, entonces bajaban a pacer las
ta–
rucas
y
a relinchar los
g
1
iianacos ...
(6) Los botánicos que han estudiado la flora argentina
-
Gr~sebach
y
Lorentz los primeros, - han dividido
nuestro territorio en zonas caracterizadas (cada una) por
su vegetación peculiar, a qne han lla1mtdo
'forrnaciones
'.
Son, pues, di visiones naturales) que si se caracterizan
por su flora, también se distinguen, como es lógico, por
su suelo y dima, en general. Y por tal motivo, las adop–
tarnos nosotros aquí, dejando _de lado· las provincias po–
líticas.
Demá,.s está decir que 1as formaciones a que nos refe–
rimos son únicamente las que entran en la región del
Tucumán.
(7)
Es interesante también lo que Boman nos cuenta
sobre la fauna de La Puna. No está demás,
pues~
el trans–
cribirlo : «Entre los animales salvajes de la Puna - nos
dice - el más notable es la 'vicuña'. Es bastante común
en toda ella ; y los encuentros con las manadas _de estos_
lindos, graciosos animales, son una de las principales
distracciones al través ·del desierto. La otra especie del
mismo
géne~~o,
el 'buanaco' es, al contrario, mu.Y escasa.
La 'llama', en cambio, domesticada por los indios, abun–
da. El gran ciervo andino, la 'taruca ', es raro. Entre los
animales mamíferos, son los más abundantes la 'vizca–
cha' ... y el 'ucultuco ' u 'oculto', tan numeroso en al–
gunas partes, que grandes extensiones aparecen minadas
por él. La chinchilla no existe en la Puna de
J
nj uy, sino