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de Calchaquí, 11amado
Tii01na,
en cuyo pueblo
1
que se
decía
Túcmana haho
(nombre compuesto de dicho cacique
r
el del
ahaho
que en len.gua kakana, propia de los cal–
chaquíes, quiere decir
1nwblo)
plantó sn primer real el
capitán Diego de Rojas, que fué el primer descubridor de
esta provincia, por la parte del Perü, el año de 1543.
Desp~és
entró, en el de
154.9,
a poblar el capitán Juan Nú–
ñez de Prado e hizo asiento en el mismo pueblo de
Tiw–
mána haho,
de donde le quedó el nombre a toda la pro–
vincia. Así consta en los autos que entonces se obraron,
recibos que se dieron, poderes
y
testamentos que se otor–
garon,
y
son instrumentos originales de aquellos tiem–
pos»
(op.
t.
I, pág. 174).
Pero, afirmación tan explícita y terminante com.o ésta
del Padre Lozano (ratificada en el t. IV, pág. 24, de su
obra), ha sido pue.sta en · duda. Y un
histo.riaden~
actual
como R. Levi11ier, llega a negar
~el
todo, no sólo la exis–
tencia del cacique
T~.wmct,
sino también del pueblo de
Tucmánahaho.
Se funda, para ello, en que no ha encon–
trado ningún documento
~n
que se haga referencia, ni de
este pueblo, ni de_ aquel cacique. Sin embargo, el que ahora
no se hayan encontrado, no quiere decir que no hubiesen
existido papeles con esa referencia.
~Y
no está ahí esa
afirmación contundente del Padre Lozano, de que su aser–
to constaba en
aittos
1
recibos, poderesy tes'tmnentos
de aque–
los
tiempos~~
q
es que f}l Padre Lozano era un
~arsante ~
_De ninguna manera. Nosotros no
~udamos
del aserto
trauscripto del Padre Lozano, pero con una
aclarcwión
y
una
enniienc1a.
La aclaración es que, ni en el pasaje citado, ni en otros
sobre el mismo punto, Lozano dice que el cacique
T-iwma
vivía
c~ando
entraron los conquistadores españole.s ; an-
r