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e lee e todo lo libro p pulare - qu to ' a un conqui d r Man ·i
ierra de L .O'nízamo quien lo perdió en la mi man )h · lo cr ni . t a .,
má leído refieren con amplitud de pa.labra
te epi dio tan ara
t -
rí tico para la vida aventurera de aquella oldad ca; e
~rib
p. e.
~1
padre Oobo (p.
325):
«En los de pojos que hubieron
lo ~
e pañole de aquel riquí imo t m–
plo de
Ooriccincha)
cupo a un oldado aquella hermosa plancha de oro·
como por aquel tiempo andaba largo el juego, la perdió una
1
noch ju–
gando;. de donde tuvo el origen el refrán que en el Perú anda de grande
tahures, diciendo : «Juega el Sol antes qae salga». Llamábase aqu 1
soldado Manso Serra
2
;
que fué después uno de lo principales vecinos
del Onzco, adonde conocí yo a un hijo suyo, llamado Juan Serra :) . »
Muy amplia es la narración de Garcilaso, y como su
001nentarios–
Reciles
son conocidísim9s, claro está que aquel episodio también se hizo
muy popular; escribe nuestro cronista (libro III, cap.
20) :
«Esta figura del Sol cnpo en ·uerte cuando los españole entraron en
aquella ciudad a un hombre noble, conqui.staclor de lo primeros, llama–
do Mancio Serra de Leguizamo, qt;te yo éonocí y dejé vivo cuando me
vine a España, gran jugador de todos juegos, que con ser tan grande la
ima.gen la jugó y perdió en una noche; de donde podremos decir,
si~;uien
do al padre
M.
Acosta
4
,
nació el refrán que diee :
«
Juega el Sol ante
que amanezca.» Después el tiempo adelante, viendo el cabi¡do de aque–
lla ciudad cuan perdido andaba este u hijo por el juego, por apartarlo
de él lo eligió un año por alcalde ordinario. El .cual acudió al servicio
de su patria con tanto
~idado
y diligencia, porque tenía muy buena
partes de caballero, que todo a.quel año no tomó naipe en la mano. La
ciudad viendo esto le ocupó otro año y otros muchos en oficios públicos.
Mancio Serra con la ocupación ordinaria olvidó el juego y lo aborreció
para siempre, acordándose de los muchos trabajos y necesidade en que.
cada día le ponía. Donde se ve claro cuanto ayude la ociosidad al vicio,
y cuan de provecho sea la ocupación a la virtud.»
El mismo Juan de Santacruz Pachacuti, a quien debemos los infor–
mes sobre las imágenes del altar mayor, a.firma en nota agregada al di–
bujo de la tercera edición del disco central (p.
257) :
«A esta plancha de
1
La misma noche, para que tenga sentido el refrán referente a e te episodio. El
mismo Mancio Serra, en u testamento (v. p. 41), se refiere a e te episodio de ·n
vida, pero no dice que perdió el di co en la mismHi noche.
!.
Léa e : Mancio Sierra.
3
Léase: ierra. Ricardo Palma (ver página 41, nota 1) lo llama Gabriel.
·i
«En los despojos de este templo riquí imo, dicen que un oldado hubo aquella.
hermosísima plancha de oro del Sol;
y
como aúdaba largo el juego, la perdió una
noche jugando. De donde toma origen el refrán que en el Perú anda de grande t.a–
hure , diciendo: Juega el Sol, antes que nazca» (Aco ·ta, II, fin del cap. 12).
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