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y
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co conocido a i"ca del c remonial ob ervado al exponer
le imagen
el
l
ol en la plaza
1
ública bállan e en la relación de Pedro
Pizarro
(p.
265) :
«
Al Sol tenían pue to en mitad de la plaza un escaño
1
equeño todo
guarnecido
d
mantas de p1uma muy pintarla
y
1
ny
delicada , y aquí
ponían e te bulto, y el un hachazo de una parte y el otro de la otra.
Teni:ei do las hacha derecha , pue , daban de comer
a
este Sol -por la
orden que tengo dicha la daban a los muert o y de beber...
»
cerca de e as in ignias , leemos unas líneas antes lo. <letalles ·i–
g uientes:
«Llevaban esto do [gua.rdadore del Sol] cada uno
nna
asta en la
mana, poco mayor que de alabarda,
y
en ella enga tafla unas porras
y
hacha de oro; llevábanla. cubiertas con una fundas hechas de lana
como manga, que le a.tapaba toda'""y caia hasta abajo; iban esta astas
guarnecidas todas al medio con unas cintas de oro; decían esto. indios
eran las armas del Sol; para donde as.entaban este bulto veían ellos
la cabeza. »
Un
detalle.nomencionado por otro croni tas hállase en un párrafo
de Román y Zamora, pues habla de «una muy gran asta o lanza de oro»
que servía para llevar la «figura del sol» :
«Luego hizo [el inca Pachacuti] sus
me~mas
casas templo tlel Sol, el
<mal
fn é
el má olemne que hubo en el
mun~lo,
cowo se verá luego aquí;
pn
o una muy gran asta o lanza de oro y encima la figura lel Sol, de
bulto y muy grande, toda de oro, con el rostro de hombre
y
sus _rayos,
d la
manera qne no otros lo pintamos»
(I,
p.
68).
«Esta :figura sacaban algunas veces f.nera del templo y la ponían en–
frente del Sol, porque
d
cían qne el Sol verdadero le comunicaba
n
vir–
tud al
ele
oro»
(T,
p. 69).
La suerte del gran disco central, al ·aqnearse el temr lo del Cuzco,
hasta la fecha apenas
l.tauscitado discu-.iión; es voz corriente - y así
• oberbia e con lierou lo indio con 1 demas t , oro, qne de aparecieron
1
uego que
lo ' e paüol en r aron en
la
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y
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de t al suert e qne no
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