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re entraban a do el Inc e taba. hacían acatamiento al ol J 111 ;o a
los bultos 3 luego entraban a do el In a estaba y hacían lo mi m .
»
Continúa Garcila o u narración como . igu :
«La puerta principal del templo miraba al nort como hoy tá in
la cual había otra m nore. para ervicio <lel
t
.mplo. Toda e ta esta.–
ba.~
aforradas con plancha de oro en forma l portada. Por de fu ra d l
templo, por lo alto
el
las paredes corría una, cenefa de oro de nn t blón
de má ele una vara de ancho en for a de corona que ahra.zaba t do el
templo. »
Según Squier (p. 54 ), la entr da
r
rincipal d l templo no miraba al
norte, ino al nordes.¡,_e, abriéndo "'e hacj a un terreno cuadrado o má. bien
rectangular llamado ele
el
lo · tiempo anti ·nos y hoy todavíalntpam–
pa,)
es decir, Campo o Plaza del ol.
El altar mayor
·Como e ha vi to, Garcila o (libro III, cap.
20)
e ocupa también de
e ta parte importante del antuario "Olar y die : «El altar mayor, digá–
moslo así para darno a entender, aunque aqu llo indios no supieron
hacer altar, e taba al 01iente... En el t.e tero que llamamo altar mayor,
tenían pu ta la figura del ol, hecha de una plancha ie oro al doble má
grue a que la ot1 as plancha qu cubrían las parede ... Era tan grand
J
que tomaba todo el te t ro
<1
1
templo, de pared a pared.»
Ya .hemos observado en nota, que
1
último detalle e exageración
ºTotesca; y que en la época del aqueo no ólo había en el altar mayor,
aquel disco central, sino a cada lado de él otros do , del Sol y de la Luna.,
re pectivamente,
y,
ademá gran canti ad de otra jmágene que se e ... _
.
-
tudiarán en la egunda parte de nuestra monografía. Algo de e to tra ·-
luce en el párraf9 recién transcrito de Garcila o cuando habla de « lH ·
1
En 1 origina,l, ca a., lo que no da ntido. - ·
ota ele
R. L.-N.