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gía del Mar Caribe y de la Tierra Firme donde la mi ma c n telación

fué considera la aunque en po ición opuesta, como dios de la torm nta.

En nue tra detallada inve tigación

1

hemo'-=

demo trado que ' aria tri–

bus de Centro América por lo menos lo Qui che (grupo Maya) de Gua–

temala, llamaron al autor de la lluvia tormento a

Bunrako/n~

lo que e

traduce fEl hombre conl un olo pie (pierna). Lo documento , por cier–

to, no mencionan qu el modelo de este dio curio o haya i

lo

una cons–

t elación pero por vía comp rati va llegamo a e ta conclusión. También

los

Kakchiquel~

otra

sec~ión

del gruI o maya, conocían a Hurakan

como «diablo

».

Desde la región de los Quicbe, la 1 alabra

Hunralccin

llegó a los Cari–

bes de las Antillas

y

fué transmitida a lo primero navegantes euro-

peos que así designaron, bien pronto, lo terribles ciclones· caracterís-

ticos para aquellas regione ,

y

atribuídos por los indios a un dios manco

de una pierna. Como en México (v. m. a.), debe haber sido la constela–

ción del Gran Carro (o sea la Osa Mayor, probablemente aumentada

con algnna estrellas vecinas para los düs brazos), cuya «lanza» repre–

senta la pierna re tante del mutilado. La época de los grande ciclones

corresponde entonces a la "poca que el Carro es visible sólo en parte

o invisible del todo. La interpretación mitológica de esta coincidencia,

supongo .habrá sido la siguiente: A mitad de julio, nuestro

Einbein)

al

anochecer y al oeste, apena asoma sobre el horizonte con su única

pierna, alzada hacia arriba; e que había sido echado por su ad\ er–

sario, cabeza abajo, a las regione subterráneas donde queda hasta

princicipio de octubre, manife tando su indignación por medio de tor-

, mentas y «huracanes»; recién al cabo

~e

uno tres me e. 'uelve a

subir a la madrugada

y

al este, al mundo supraterráneo, en posición

ya normal, es decir, con su pi rna única dirigida verticalmente hasta

abajo.

Atrib o del poder supremo que lleva el dios Hurakan en ciertas

oportunidades cual corona de plumas, es el arco iris.

En la mitología de los antiguos mexicanos, el dios Tezcatlipoca,

caracterizado por la falta de un pie, tiene

~u

modelo en la Osa Mayor

como queda expresamente afirmado por un párrafo de un antiguo docu–

mento, pero en los códice ilu trados, la figura de Tezcatlipoca ya

a.pa

rece muy alterada

y

artí ticamente modelada. Según aquéllos, ha sido

un monstruo ictiomorfo que mordiera una vez al dios una de sus pier–

nas; según cierto himno. sagrados, el dios Uitzilopochtli era el autor

de esa pérdida irreparable.

i

LEHMANN-Nrr CHE,

Mitología siidanieJ'icana.

IX.

La constelación de la Osa Mayor

y

sn concepto conio huracán o dio8 de la tormenta en la esfera del Mar Caribe,

en

Re–

vista del JYfoseo de La Plata,

XXVIII,

pp .

103-145, Buenos Aires, 1925.