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é te e taba con una porra y con su arco [debe l er e: u arco] y
fl
ha
para herir y castigar a lo hombre 1or su maldade .
»
Respecto a la de ignación indígena, ya
fu '
in~erpretada
por T chudi
en- u
Oontr .biwi ones
(orig. p. 06, nota
1;
trad. I, p.
106,
nota
14)
como «hombre malo, salvaje, de enfrenado
y
terrible», palabra que
también se
1i
a en el aimará con el enti_do de
«
cruel, salvaje »
(bídem)
j
el respectivo entido e tá corroborado por los vocabularios, v. gr. Mos
i,
I, nº
104:
«hombre airado, furioso mal acondicionado» . inguna cons–
t elación peruana e citada bajo el nombre de
Haiwha
j
pero comparando
los atributos ele
H(tiicha
que tenía según la
Relación anónima)
con aque–
llos del dios de la tormenta concebido corno una constelación sidérea,
resulta que son idénticos
y
que es más que probable que el nombre de la
respecti' a constelación, no indicado por los cronistas, haya sido
Hau–
cha
==
el hombre furioso. Veamos los detalles :
Según la
Relación anónimc{¡, Hciiwha)
el encargado de los rayos y true–
nos (seguramente su tarea principal y primaria) era un personaje armado
con una porra y con arco y flecha .
Según los cronistas, el trueno «era un hombre que estaba en el cielo
formado de estrellas», quiere lecir que
fné
ideado como una constela–
ción sidérea, «con una maza en la mano izquierda y una honda en la
derecha»
(Oo-~>0,
III, p. 3..
'~H);
«e un hombre que está en el cielo con una
honda que al sacudir la da el estallido y trueno,
y
tiene una maza o
porra» (Oalancha, p .
370);
Polo de Ondegardo, p. 6 y Acosta, II, p.
11 ,
quien lo copió, sólo dicen « que e un hombre que está en el cielo con una
honda y una porra».
Se "'{ e, pues, que tanto la de ignación
Hciiwha
como la atribuciones
dada por el autor de la
R elcwión anónima
a
Scitiirno)
se refieren a una
constelación que representaba al señor del trueno.
~Cuál
será esa con telación
Hauoha?
Por
faltad~
indicaciones preci–
sas sólo que an suposiciones. Debe ser un conjunto de estrellas muy lla–
mativas, tanto por su brillo (magnitud), como por el contorno que ofrecen
a la vista del hombre primitivo. E tas condiciones indi pensables, las
ofrece nuestra Osa Mayor.
Esta magnífica con telación, por ci er o debe haber ido conocida a los
antiguo peruanos. Mirándola en la l
ó
ición en la cual se presenta, al
Oeste y entrada la noche, en cierta época del año (mes de junio), bien
puede ser interpretada como un hombre en actitud amenazante, que en
la izquierda alza la maza
y
lleva en la derecha, colgada, la honda (ver
nuestra figura:
11 ).
Respecto a los detalles de la constelación dejamos constancia que está
marcada por las e trellas principales de la O a Mayor sin excepción al –
guna desde
(J.,
hasta ¡;.,representando las cuatro
primeras(~
-
e)
el tronco