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condales del
seño~
de Casa Real de Moneda, tronco
del ilustre dictador Linares. Pero quedaron los
blasones, límpidos, preclaros, inconfundibles, pro–
longando en las casas sola¡riegas, la médula de aque–
lla aristocracia nativa, encastada en la sangre de
los conquistadores .. .
Y es lástima que el famoso escudo del criollo
don José de Quirós haya desaparecido del antiguo
portal. Queda, sin embargo, el rastro de su lema
invicto, en viejos papelotes de la colonia :
~'Armas
y
blasón de los descendientes del Cid Campeador",
dice el troel, custodiado por el águila imperial, co–
mo si el designio de su señor, al sotener entron–
que tan linaju_do, uer.a por la prolongación del
heroÍsmo hispano en la salllgre moza
y
viril de los
pueblos tle
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