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PLATA Y BRONCE
gotear de sangre y lumbraradas trágicas; pero en ese eles–
filar kal.eidoscópico de visiones de galanía,
no asomaba
por ninguna parte nna pasión desbordada, un amor plena–
rio, nada que se les pareciese.
Todo era frívolo, a
flor
de piel, con un dejo burlesco, con mucho de ironía picares-
ca hasta .en las escenas peligrosas ... Todo rezumaba un
no se que de vacuo. de superficial .... .
Tomaron el café. Un café excel ent·e,
de
aroma producido en la misma hacienda. Hugo
la bebida con un lento deleite.
exquisito
paladeó
Raúl siempre ensimismado, alargó en silencio un puro
a su primo. El encendió otro
y
pausadamente se levantó.
Como un sonámbulo. envuelto por las azuladas espiras del
humo d :·l cigarro. avanzó hacia su dislocado cuarto.
H ngo le seguía .
Acomodóse en un sillón bajo y con un ademán indicó
al primo que debía imitarle .
. A esa hora sentíase calor.
l.'na temperatura melosa
y traidora que, cual un narcótico, obraba sobre los nervios
y los sumía en un sopor. en un
descon·cierto
placentero.
El alma se adormecía también.
El humo fab1·icaba paisajes ele maravirlla, efímeros pa–
noramas
aluci~ados.
Los sueños más discordes parecían
realidades ..... El espíritu cansino complacíase en ima–
ginar un cuerpo fuerte de joven sélvático que recorría los
llanos incendiados
eL~
. ol
arras~rándo
esa a·lma enteca, en–
fermiza. a rejuvene: erla, a fortaleoerla, a enmendar esa vo–
luntad ansiosa de teatralidades, a reg•: !1'erarla, a lavarla,
haciéndola voh··::r a los deseos primitivos y viriles, urgiéndo-
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