Table of Contents Table of Contents
Previous Page  60 / 334 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 60 / 334 Next Page
Page Background

FERNA~DO

CHAVES

espuelas ele plata y porfiaba por ,·encer la

<l ~·fensa . qtw

de

la tez. ya comenzaba a tostar del ca•haJilero, hacían

ia~

an –

chas alas del ''Stetson ·· plano que cubría su' arrogante testa.

Así permaneció bastant•? rato. Caviloso. semejaba una

estatua.

Razón le asistía al pobre para pensar tanto.

Aquel amor que le nació en el pecho con ímpetu fiero

e

incontenibJ.~ ,

le transformó.

1\o

era, no. el Raúl de an–

tes. Se vda diferente. Y por qué? Por una india de

mirada dulce

y

turbada, pero que en la limpidez de cristal

de sus ojos d::llatando estaba la ignorancia

y

la rusticidad ;

por una india de formas _venustas, pero, al fin, vaciadas en

bronce; por una india. fruto agra•z. que tuvo el mara vi lioso

poder de refrenar su viciosa voluntad, pero sólp una india....

Imposible .... El. un

e:~,·adonga,

no pod'ía amar a la

doncella aborigen.

Des ~ arla.

poseerla porque era una be–

lla obra de arte. si; pero sublimarla, llegar al vértigo de la

pasión. prestarle homenaj-e. endiosarla, amedrentarse, él;

Don Juan por herencia

y

por tradición, ante sus melindres

bravíos; qué ridículo.

Raúl pensaba: Cómo va a reírse Rugo cuando le

cuente este deslayado amor. Justicia tiene que le sobra.

·

No.

no le contaré nada. Se burlará de mí.

y,

¡quién

sabe!, tal vez sus pullas aumenten el abismo que se abre

desde hace días a mis pies. Quién sabe si el r-emolino ·en

que se hunde mi razón se obscurezca con sus bromas.

Y

e']

primo es tan satírico .... Pero la tortura de ca–

llar es imponderable; no puedo resistirla por más tiempo.

El demonio del silencio me

obsed ~

con más satánica cruel–

dad que lo que in1eclen quemarme las cuchufletas de Rugo.

54