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PLATA Y BRONCFJ
y
Don Raúl le trató dlescomeclidamente al señor cura, les
llamó Dios a su presencia sin concederles tie1npo para arre–
pentirse ele sus graves faltas-opinó Don Telésforo.
--El destino cJie ellos ha sido este, nada más-objet-6
doctoral el negociante. Acaso porque ellos rro hubieran
hecho lo que hicieron dejaban los indios ele asesinarlos? ...
Ese ·es un plan preconcebido. cuando se realizó sin ninguna
clificu'ltacl.
Pobres señores. tan resueltos. tan nobles. tan hom–
bres .....
-Solamente ricos, señor don Tibureio.
-Oh. no. Eusebio.Hombres y muy hombres, genero-
sos y altivos. ¿Por qué se expusieron a las iras ele toda
Torrebaja en favor ele la maestra?
-Porque .... p01·que. Vamos, porque tenían interés.
-En todo descubrís vosotros un móvil mezquino
~or-
que así sois ; nunca ciáis un paso que no sea venal.
Pero apuesto lo que quieras Eusebio, a qllle si vieras
en un peligro semejante a tu misma mujer no la defende–
rías .....
Guardó silencio el malsín aplastado por
e1
peso del ar–
gumento.
No obstante. tornó a la carga.
-Para qué se hizo el valiente el señor Raúl con Don
Sicionio?
-Es que
ie,l
cura fomentó la bullanga.
-Nadie declararía eso, si le llamaran a declarar.
-Ya lo creo que nadie, pero ·eso no probaría su ino-
cencia.
-La longa Manuela desque ha
esta.dojuntita
al cadá–
ver de Don Raúl ?-interrumpió el vejete.