FERNA~DO
CHAVES
lización. la que traería consigo un mejoramiento colectivo?
¿Por qué toda una juventud ociosa y viciada, en vez
de oprimir, no ayuda .... Por qué
nG
ayuda en la ablución
nacional de ignorancia. de incultura, de todos los- rancios
fanatismos?
Esta tierra fecunda requiere una juventud desintere–
sada y libre que se sacrifique para érear lo que cuatro ge–
neraciones ele egoístas no crearon, lo que
legion~s
de poli–
tiqueros rompieron, amputando la obra de la única genera–
ción noble que produjo la América: la de la Independen–
cta.
Sólo la juventud cumplirá algún día su misión de for–
jar nacionalidad. Sólo ella redimirá la tarea, trunca de
proyecciones, de su tara de perecedera.
Alumbrará esa aurora cuando la luz espiritual sea un
tesoro de las multitudes. Por ello, la juventud debe dar a
su paso por la historia un valor de futuro. Que la acción
de la juventud contenga porvenir, que desborde esperanza
para que la marcha no se resienta de est_os choques san–
_grientos del bronce nativo-resignación
y
fuerza pasiva–
y
la extraña plata ibet·a-pulimento, htz serena, energía de
avance, clara ponderación latina-, y sean un solo bloque
grandioso
y
bello de sombra heroica que ampare
y
estimuie
sacrificios.
L0s indios-continuaba meditando Celina-no son cul–
pable~
del todo. En quién está la fa1ta? ¿En el patrón
que los empuja por el declive del crimen con su cinismo, o
en el siervo que, cegado por emoción violentísima, ase-
sina al profanador?
¿Es ésta sólo falta de Raúl, que no hizo s1no cumplir