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PLATA Y BR0:\01-}
como un perfume aneJo se perdía en ondas plácidas sm
perturbar la serenidad de los sentido.s ....
Privado del suplicio del recuerdo, Raúl bañándose
en sosiego no se encontraba muy a gusto. Una brizna de
des:Jusión. una sospecha de desencanto reyo]aba en su
huracim de adentro. convertido en hrisa, y él quería apre–
sarla. interrogarla, desvirtuarla en el análisis.
Podía esa sombra ele pena cambiat·se en un clescon-
suelo granel\:'. irremediable. pero él anhelaba
creciera o se esfumara totalmente el dolor.
remanso le hastiaba .....
asirla: que
La paz del
¿Qué fué de su amor irresist:l;le. ele la pasión que a-
1l;enazó rehos_ar su existen ::ia trascencliénclola?
¿Ni
ceni–
zas restaban ele la hoguera en ([Ue se vió arder integra–
mente escancleciclo por un fuego inextinguible y voraz?
Buceó a fondo en su alma. Lanzó lejos ele sí la a–
tonía dolorosa en que como en un capullo le enyoJviera
la ausencia del t·ecuerclo.
Esa amnesia poderosa que diluía sentimientos. ide–
as. prejuicios en una sola neblinosa decoración ya deste–
ñida. como si fuera muy vieja. no cejaba ante los intermi–
tentes ·embates volitivos del hombre obcecado en recor–
dar. en sufrir .....
De ese examen atento no trajo más que una perla: la
evidencia inconfesable de que su flora emocional estaba
muerta y sepultada bajo una mar tranquila, caparazón
el~
olvido.
Le entt·istec:ó el desiel·to de su alma. Cómo poblar-
1e ahora que se notaba clesconcet·tado dentro ele la má ca.:
Ta serena. Cómo fecundar esas landas frígidas que cuan-
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