PALEOLINGÜÍSTICA
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mente como la paleontología
"quand,
a r
aide d'ossements fossiles, elle
parvient non seulement
a
reconstruire un animal, mais
a
nous mettre
au fait de ses habitudes, de sa maniere de se mouvoir, de se
nourrir,
etc." (
15) .
A la distancia de cuarent a años desde el libro de Pictet, de veinte
desde
el
de Kremer y diez y seis después de ·la historia de Hommel,
la
paleolingüística había visto terminarse su reinado.
Sobre su sepulcro fué escrito, a guisa de lápida, que
la paleolin–
güística no tiene fundamento alguno, que no merecen fe
las rep resenta–
ciones de la vida del
U
rvolk
deducidas por su intermedio, y que es pru–
dente, en dichas reconstrucciones,
"limitarse a los resultados de la ar–
queología prehistórica"
(
16) .
Este epígrafe famoso ' pertenece a Kretschmer y Kossinna, quienes
fueron, también, filólogos, y
el
hecho quedó como ejemplo -
vestigia
terrent
-
de que con la filología se derriba
lo
que la filología ha edi–
ficado.
U na vez iluminadas, eomo en una vista panorámica, las condicio–
nes generales de ambiente y escuela en que Hommel fué madurando su ,
método de in¡vest"gación, Ricci nos habría seguramente conducido de
la mano ante las cuat ro columnas en que funda Hommel su edificio,
para comprobar, oon el ma tillo y el esearpelq, si son graníticas o de
mampostería. Y a se ha visto que Homme no ha sid o, muy naturalmente,
más que un hijo de su tiempo, ni mejor, ni peor que los demás sabios ,
paleolíngüistas .
~uesto
q e no solame,nte se han rech azado las con–
clusiones de _Pictet y Kremer, smó tam ién los datos de Hase han sido
puestos en tela de juicio, se imponía, después de rechazada como dudosa
la
utilizacióri que de sus "datos" hace Hommel, someter la solidez de
los mismos al más riguroso examen.
La pregunta se presenta espontánea: ¿es exacto decir que el pueblo
súmero no conoció el león, el caballo, la ·vid y la palmera, por el solo
hecho· que- para indicarlos se sirvió de las palabras compuestas señaladas
por el texto de Hommel?
En
cuanto al león, no se le h abría escapado a tan diligente crítico
que el mismo Hommel nos da una prueba elocuente de lo poco· que
sirven los juegos de la paleolingüística p ara determin ar
el
habitat
de una
( 15) PICTET, AD. -
Les origines, etc.;
tomo
I, pág. 13
y
segg. (Il" ed.) •
( 16) KRETSCHMER. -
Einleitung in die Geschichte der griechischen
Sprache~
Goctingen, 1896.
KOSSINNA. -
En
":Zeitschrift des Vereins
für
Volkskunde"
VI,
p.
l.
fide
D e:
Michelis.