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ALBORES EN EL LABERINTO

con que fué tratado basta hace poco, tanto en el Sur, como en el Norte

de América, el problema de los fósiles humanos. Todos recuerdan con

melancolía la caducidad de las bases con que fué proclamada entre nos–

otros toda una escala ficticia de precursores humanos, y, en Norte Amé–

rica la edad miocena de restos óseos cuyo hallazgo es apócrifo ( 15) .

No es imposible que una teoría fundada con sobrado optimismo

científico recoja victorias momentáneas y efímeras, pero, al fin y al cabo,

el

error resultará siempre fuente y semillero de errores. En nuestro caso,

una credulidad sin límites, ha provocado una incredulidad excesiva.

Hrdli~ka,

terriblemente lógico y " persecutor profesional" de la in–

flación cronológica de los fósiles americanos, representa, más que otro,

esta reacción

(

16). Pero no es el único. Andrews pudo escribir, en otra

ocasión reciente y dolorosa, que " la América del Sur fué siempre una lo–

calidad peligrosa del punto de vista de la autenticidad de restos humanos

prehistóricos. Muy a menudo ha ocurrido que los cráneos de esa proce–

dencia pertenecían tan solamente a indios modernos del tipo común" ( 17 ) .

Marcelin ,Boule, con suma prudencia, no niega la posibilidad de antigüe–

dades ab,solutas importantes, basta

el

Eleístoceno

( 18

pero en toda

cuestión concreta opone la fuerza de su aha

a utor~dad

para rechazar los

hallazgos ( 19 ).

( 15)

La discusión de los restos nocreamericanos. especialmente

el

famoso crá-

neo de

C

Javeras

ocu a una

ibliogcaffa vastíslma,

c._uyos

1:1úmecos principalu

los

encontrará el

or en el conocido manual de BEUCH_A'll,

Atqueología americana,

pág.

94. 9 6 de la tl'á . castellana.

Entre la bibliografía

reciente,

nlacionada, no ya con la obra paleontológica que

ocupó

toda

la

fecunda

actividad de Ameghino,

sino

con

las

opiniones

antro–

pológicas que formul ara en los últimos años, son más accuibles las obras de BoULE, M.,

Les Hommes fossiles. 2.e

edition, Paris 1923, págs. 444-447; HRDLI<;KA A.,

Early

man in South America,

W ashington, 191 2; MOCHI A.,

Appunti sulla paleontología

argentina,

Florencia, 191

O.

Un

breve

párrafo de ru umen, en la pág. 53 7 del libro

reciente de Eug. PITTARD,

Les

racea

et l'hiatoire,

P acis, 1924 expone la posición actual

de la hipótesis antcopogfoica del

De.

Florentino Ameghino.

( 16)

Especialmente

interesantes

son

las pnbl icaciones de HRDLl<;KA

impresas

por

el

" Bnceau of Amer. Etbnol." ; Bulletin 33 (1907), Bull. 52 ( 1912)

y

Bull. 66

(1918).

( 17)

Véase mi

Nota

sobre

los aupu.eatos descubrimientos del doctor

J.

G.

Wolf

en Patagonia,

en "Publicacionu de la secc. antrop. Facultad de Filos.

y

Letras", u. 21,

Página 9.

( 18)

BOULE, M. -

Les hommes fouile1,

2.e edit., pág. 447.

(19)

BOULE. -

Obra citada,

pág. 434. 435.

El Autor, aunque excusándose de criticar los hallazgos de Miramar. antes de ver los

objetos y el yacimiento, apoya sin embargo con evidente complacencia la.s dos opinio–

nes del coronel ROMERO

y

de Ecic BOMAN. Sostiene el primero que los objetos sr