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LOS CRONISTAS

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numentos epigráficos, cuando los hay, y ergológicos. Por lo tanto, estos

americanistas ponen el mayor empeño en formarse un fondo de cultura

apto para proceder de acuerdo con los

conocimie~s

de la tierra y del

hombre.

4.º Cuando emplean a los cronistas, lo hacen con mucha dosis de

escepticismo. No se estima suficiente el testimonio de esos buenos

clé–

rigos, en determinados- argumentos (5). Este americanismo cree que es

ponsos a la naciente curiosidad de la anticuaria sudamericana, foé Rodolf FALB, uo

curioso viajero croata, hoy harto olvidado por sus mismos imitadores.

La infloencía del "mé1:odo" de Falb foé sorprendente. Cuando se escriba con dili–

gencia la historia de los errores, que en esta materia ocupa los capítulos más lar–

gos, el recopilador encontrará la personalidad de este precursor, al principio de casi todos

los

~aminos

tortuosos que hasta hoy han conscituído el peruanismo.

Palb fué un apasionado de la geología, quien realizó, alrededor del año 80 un

viaje al Perú y Bolivia, con el propósito de estudiar la física terrestre, y en especial

modo el vulcanismo, a cuyos problemas acababa de consagrar, en Gratz, sus

Gedanken und

studien iibec den Vulcanismus

(1875). Unicamente después de encontrarse en las "mis–

teriosas cierras andinas",

fue

recoraando (confiésalo el mismo Autor) las nociones

que en so juventud había aprendido, en la escuela, acerca de las lenguas clásicas, y con

este material, ayudado ade ás por anos valientes cabalkros de La

I?a~

construyó Falb

so obra lingüística-geológica.

Como geólogo descubrió que

el

mundo sufre unas crisis periódicas caracterizadas

por cataclismos diluviales. Pero no imagine

el

leotor que se trata de diluvios como el

que nos describe la vieja tradición. Junto a la excepcional

pr~dpitadón

de agua ( o

nieve), se manifiesta contemporáneamente, un verdadero paro.xismo de- los volcanes.

Doble diluvio, pues,

el

de Falb, y de duplice eleme,nco,

"Diluvium von IFeuer und

Wassec", "den Vulcan . und der Ockan"

('?);

FALB, Rudolf;

Das Lanif dec Inca,

pág.

445.

Naturalmente, ante tamañas catástrofes, las imaginadas por Posnansky, hacen la

misma figura que las

edici~nes

atenuadas para la juventud.

Falb, para ser más preciso, indica que dichos "divertissements" geológicos se

efectúan cada 10.500 años, y

el

último ocurrió en el 4000 antes de Cristo. Nunca

imaginaría

el

lector lo que ha deducido de eJlo en

el

terreno de la filología comparada.

Simplemente, que

Con,

o

Cbon,

es decir, la primera sílaba de Conticsihoiracocha,

por ser equivalente a

buan,

y portanto a

Van,

debe explicarse con

tta:v

(todo) ; Y

gcos–

sec Pan

es justamente el "gran período" de 12.000 años

circitec,

duración de la pre–

cesión equinoccial ( 1). Si el lector quiere saber qµé interés tiene la equivalencia

Con–

buan,

lea la nota de nuestra página 30.

Ni el mismo Falb sospechó nunca cuantos discípulos tendría su enseñanza, que

consiste, en lo geológico, en arreglar con un Volcán o un Orkan todo punto dudoso,

y en lo glotológico, en establecer una filología cuya estética es

el

cataclismo.

(5) Un trabajo muy útil para

el

desarroJlo sucesivo de la anticuaria americana

será la discusión crítica de la documentación dejada por C ronistas y Conquistadores.

Aunque nada tengamos de sistemático en este sentido, no faltan, aquí y allá, elemen–

tos para esta obra colosal; así' por ejemplo en la pág. l

7

4 de WINSOR está registrada

una bibliografía parcial de los que h an reaccionado contra la tendencia de las prime–

ras abultadas descripciones de Méjico y sus costumbres. Esa lista, que comprende a