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ALBORES EN EL LABERINTO

ríe ( 1O). Viceversa. pónese en un nivel de consideración a los pueblos

sin historia, condenados a un exagerado desprecio por los clérigos y con–

quistadores de antaño, y por los liróforos de hoy. Los pretendidos "sal–

vajes" resultan ser inventores o poseedores de formas de cultura material

y moral que a veces se nos presentan connexas con las respectivas for–

mas de los pueblos de Méjico, Centro América y Perú ( 11). Se produce,

como se ha visto, algo como una revolución de los valores tradicionales.

(1

O)

El autor que con mayor empeño y autoridad se ha dedicado a esta

cuest1on es W. H. HOLMES, quien presentó al Congreso lntern. de Americanistas, cele–

brado en Stuttgart, el año

1904,

una memoria, cuyo título

Contributions of Ame–

rican arcbaeoloy to human bistory,

(pág. 3

4

5-3 5 6) es toda una promesa para quien

haya medido las dificultades que presenta el problema jerárquico· de las culturas, acre–

centadas aún

más

por interferencias sentimentales.

A

S.

Enli9htened

9.

Civilized

3.

2.

1.

FIG. 68

E'gucma de Holmes (ver

not3

10).

Al considerar el diagrama construído por Holmes, en que la cultura americana está

indicada por C.

(Savage culture),

se recibe

la

impresión de que este autor ha sido

mucho más severo que Capitán y Brinton. Sin embargo, esta impresión se desvanece

al tener en cuenta la escala de valores establecida por Holmes:

1

pre-savage,

2

savage,

3

barbarous, 4 civilized,

5

enligbtened.

El haz que en el diagrama representa a los ame–

ricanos indica la posesión de un "estado medio de cultura, en que la hu°manidad asume

una forma definitiva", y se encuentra en la mitad del camino

haci~

la condición superior,

caracterizada por la creación de naciones poderosas y el desarrollo del sistema de regis–

tración de los hechos.

( 11)

No para citar autoridades, cuya lista, en este punto, comprendería casi

toda la bibliografía de los etnógrafos modernos de América, sino para indicar una feliz

expresión de nuestro concepto, pláceme recordar la sintética formula de RATZEL, según

el cual las culturas de la América

antigu~

no son un "fenómeno aislado, que se levante

desmesuradamente arriba del nivel de las demás poblaciones americanas".

" Si en algunos determinados lugares esa cultura se manifiesta en forma algo más

elevada y resplandeciente, ella aparece o en carácter de germen, o como fruto infecundo,

también entre aquellos pueblos americanos que no han creado pirámides ni fundado im–

perios ... " F. RATZEL, l.

c.

lll, p. 695.