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LUCHA DE MÉTODOS
aparecen también en las demás caras humanas del bajorrelieve, y son,
muy probablemente, la representación de dibujos exhornativos que los
indígenas imprimían sobre la piel y las caretas mediante el empleo de
"pintaderas". Lo confirma la existencia de una cuarta "gota" puesta
justamente ¡irriba de cada ceja, la que sería una lágrima ascendente . ..
Pero, he aquí el hecho, una vez entrados estos autores en el terreno
de la interpretación mítico-filológica, rechazando el auxilio de la et–
nografía, no tienen más reparo en afirmar simbolismos y acumular
ex –
plicaciones.
que
complican
progresivamente los problemas más simples. Si
la interpretación dada por von Tscbudi, Mitre e Inwards -
dice aguda–
mente Uhle (XV, p. ii) -
fuese exacta, se podría creer que los an–
tiguos artistas contemporáneos a la erección· de los monumentos, no
pensaban más que en representar caras bañadas de lágrimas.
El dios Sol, radiante en toda la gloria de sus rayos vivificadores,
que los escultores han figurado en la puerta del templo,
Sonnentempel,
con tres gotas de llanto
( Thranen)
que surcan cada una de las mejillas,
es un símbolo que se presentará siempre obscuro a todo investigador que
no tenga la clarovidencia de Falb (XVI, p. 46 y 47). Para este Autor,
en cambio, nada puede haber más claro: tenemos un Sol doloroso
(lei–
denden Sonne) ,
o, más bien, al dios del agua y del fuego,
Jupiter plu–
vius et tonans,
igual por ot ra parte a W otan-Tor ( l)
Cuando algún autor quiere presentar un testimonio de la natura–
leza solar del dios de la portada de Tiabuanaco, únicamente logra fun–
darse en los ornamentos que rodean la eara del personaje <rentral, en dis–
posición radiada, interpretando que ellos fueran rayos solares.
FIG.
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P.utc de un
tejido de Pachl cJ.mac
(B:icsslcr).