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LUCHA DE MtTODOS
rú, tanto de la costa como del altiplano. El hecho ha sido señalado des–
de algunos años por varios Autores, especialmente en la decoración de
los vasos pintados o modelados, en los cuales las cabezas cortadas
y
cho–
rreando sangre, o conservadas y momificadas, o esqueletizadas, consti–
tuyen el motivo ornamental más abundante (XX, p. 63, 67, passim;
XVII. p. 142; XXI
y
XXII, passim) .
Sin embargo, llevando el análisis algo más hondamente, los objetos
figurados de Ancón, Majoro-cbico
y
Tiabuanaco nos permiten alcanzar
algunos resultados comparativos aptos para evidenciar el papel que des–
empeñan las cabezas-trofeos en las representaciones respectivas. La dife–
rencia consiste en la manera de ser llevadas por los diferentes personajes.
En Majoro-cbico hemos visto que están suspendidas al brazo con un
colgante, que no debía ser disímil de las sogas y trenzas que todavía os–
tentan los cráneos
y
cabezas momificadas obtenidas de los cementerios
de Nazca y descriptas por
el
diligente Dr. TELLO (XXII, láminas 3 -5 ) .
Gobelino o "poncho" de Ancón,
iluuudo por Uhle.
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