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LUCHA
DE MÉTODOS
palabra
Tse-tsé
o
Tarasca,
o de cualquiera otra más extravagante,
el
éxito dependería tan sólo de la habilidad y conocimientos del que ejecu–
tase la búsqueda. Las lenguas americanas, que han
sid~
reunidas en
fa–
mílías
(linguístíc stocks)
cuyo número Brinton (14) ha fijado en 180
(80 en Norte América, 100 en la del Sur), representan un muestrario
tan complicado de sonidos, que no podemos, a priori, afirmar que un
sonido cualquiera no esté representado en esta caterva de fonemas.
¿El
lector cauteloso quiere una prueba? He aquí que nos la apresta
el
mismo
doctor Salas. No tan solamente ha encontrado voces que éorresponden
a la forma griega
Zeus,
sino también otras que forman el
pendant
del
vocablo índico
Bt:ahma,
y hasta voces que repiten, siempre significando
"sol" en dialectos americanos, el sonido de los vocablos alemán e inglés
Gott
y
God
(
15) .
( 14)
BRINTON, Daniel G. -
A review of tbe data for tbe study of tbe Pre–
bistoric Cbronology of America,
en
"Americ. Ass. for. Advanc. of Science",
1887.
Hoy la clasificación de Brinton tiende a ser abandonada.
( 15)
Agudamente Brinton observa que los mitógrafos que siguen este
Facile
metbod
no tienen necesidad de
investigar la naturaleza de los cambios semánticos o
fonéticos que sufrió una palabra. Si es lídto encuadrar la idea de Brinton en términos
más apropiados para expresar la pura verdad, diré que no pocos filólogos de la mito–
grafía muestran una gran ig orancia del lenguaje que es objeto de sus alquimias. Así
el Dr. Salas, al explicar e significado de la palabra Apolo,
" el dios griego Sol, men–
sajero de calor
y
de luz para
ltr
tierra",
la divide en sus dos partes (?)
Apolo
=
apo
+
olo,
de las que
olo
en una lengua de América quiere decir "sol",
y
apo
"caudillo" o "jefe" ,
y también "calor". (Consúltese nuestro paradigma de
la pág. 3 63 y sig.s).
Estaríamos dispuestos a aceptar todas las demostraciones lexicológicas, y aún
la
estrafalaria división del nombre griego, que en el texto de Salas es llamado "la agluti–
nación Apo-olo", .en virtud de una condescendencia excepcional
(politesse pbilologique)
hacia el escritor de Caracas. Sin embargo queda el hecho, insospechado por el Autor.
que Apolo es voz muy anterior al ordenamiento definitivo del Olimpo
h~lénico,
como
lo vemos realizado en la poesía y el arte clásico. En la ontología primitiva, existió
,como epónimo ctónico y pastoral
(A:n
:óf.1.wvNóµt.0;)
antes de confundirse con Helios.
el Sol. probablemente por una atracción ejercida por el adjetivo de ambos,
<I>oi:
Bo;,
el Resplandeciente. El Apolo que se conoce vulgarmente, o Apolo panhelénico,
re–
sulta de la fusión de dos personas míticas, una que se adoraba en Delos, otra que mató
al monstruo local de Delfos. A su vez, estos dos cultos oficiales habían reunido Y
. absorbido a varios otros dioses
regionales más antiguos, bajo el nombre de Apolo
Sminteo, dios de
la
cosecha y
las
epidemias, Apolo Carneío
(A. Kó.QvEt.0;),
otro
dios
ctónico de
la vegetación y
la
vendimia, Apolo Delfinio
(A. ÓE),cpCvt.0;)
dios
marino, patrono de la navegación, y otros muchos. En la Iliada, según la mitografía
moderna, Apolo no ha adquirido todavía el carácter hipostático solar. Opinan los mitó–
logos que Apolo fué considerado como divinidad solar tan solamente a comenzar del