NILO
217
levanta, mientras tanto, arcos de triunfo para cualquier vendedor de pa–
cotilla.
Estos son los
dos americanismos.
Todo pueblo, como todo hombre, cultiva
y
honra al americanismo
que se merece.
erudito miembro de la Junta de Historia y Numismática, sí no fuera por una dificul–
tad del último momento, una verdadera nimiedad. Nilo no es palabra egipcia, o, más
claramente, los Egipcios n unca llamaron así en la época de su autonomía política y
lingüística, al río que fecunda sus tierras. El nombre egipcio -
y esto lo sabe todo
alumno de historia antigua -
es
IHapi,
o también
Aur, Atur
~el ~ío) ,
pero principal-
mente
el
primero,
"8
~
=-::
=·
clásioo nombre del Nilo,
que
entra
a
formar
J:,;,
..
,_,_..,
parte del nombre de algunas ciudades edificadas a su orilla, como Nuit-hapi, Hat-hapi,
equivalentes, más o menos, a Nilópolis, o c¡udad del Nilo, que es nombre posterior, en
lengua griega, la que predominó en la época de la decadencia egipcia. Ningún misterio,
pues, sobre la "procedencia" de la palabra.
NEV,oi;,
sea cualquiera la grafía con que
se le escribe, queda siempre un vocablo griego. Nosotros empleamos esta palabra para
indicar el río, de
la
misma manera que preferimos decir "Egipto" del nombre griego
Atyum;oc;,
en lugar de
Quemit,
a~
O
(Schwarzland) , que es el nombre originario,
~
en lengua egipcia . La " misteriosa procedencia" del vocablo de que habla Soto Hall,
depende de una ingenua lectura del
texto de Meyer, quien entiende hablar de "de–
rivación".
Nada hay que añadir a los datos precedentes. Tan solo que sí concedemos ate–
nuantes a\ fantástico LE PLONGEON, por haber vívido en un período de formación de
la Egiptología, hoy día, en cambio, es deseable que los que se ocupan de amerícanísmo
eviten errores de información tan gr9seros, cuya difusión por medio del libro y del
diario, amenaza
la
transformación del americanismo
~d
usum
puerorum.
Sobre el nombre del Nilo, véase MASPERO,
G.,
IHistoire anc. d. peuples d' Orient,
tomo I, página
37
y
38;
PIERRET, Pan!,
Dictionnaire d'archéologie égytienne,
ar–
tículo NIL, pág.
367-369 ;
"Hapi,
le nom sacré,
Atour
ou
Aour,
le nom
profane";
MEYER, E.,
Historia
d~l
Egipto antiguo,
pág. 23 7, nota 4, es decir, la misma pagma
donde aparece
el
trozo citado por Soto Hall, quien, por lo tanto, tuvo bajo los ojos
el dato justo.