FILOLOGÍA DEL CABALLO
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Resumiendo, el grupo Hemíones comprende una gran cantidad de
nombres netamente mongoles y chinos, con algunos persas, que el zoó–
logo ha sacado de las narraciones de viajeros modernos al Asia Central
e Iráníca. Sin embargo hay pruebas de que el grupo ocupó en la pre–
historia un área mucho más extensa de la actual, y por cierto la edad
homérica entró a contacto con rebaños de hemiones salvajes, y tuvo
también noticia de su domesticación por parte de
pu~blos
asíánícos.
(Capadocia, Paflagonfa, Hénetoí) .
Viniendo ahora al asno, nos encontramos con el nombre védicq
Khara
(pron. jara) que Pictet (5) considera semítico, y Burnouf (6)
genuinamente ario. Sin embargo, parece cierto que el nombre
hamac
de los Semitas, fué anteriormente el nombre del Hemíón, o asno sal–
vaje _de Asía, y pasó a indicar el asno que decimos hoy, solamente des–
pués que este animal fué llevado de su patria . africana al Asía, por in–
termedio del Egipto. Por otra parte, la palabra védica queda hoy en
segundo plano, dado ·también el enérgico rejuvenecimiento que han su–
frido las altas antigüedades de la India supuestas en la época de Pictet.
El conflicto queda abierto entre
aa
egipcio y
anshu
súmero (7),
las dos más venerables designaciones del burro . ¿Cuál de las dos es la
más antigua? ¿El parecido de las dos voces es un efecto de derivaviones?
En tal caso,
¿es
p eferíble admitir una complicación del vocablo más ,
simple,
aa, o,
en cambio, una simplificación sucesiva
~el
más complejo?
¿O,
prejudicialment\!, se conviene en admitir que entre
aa
y
anshu
la
conexión es muy, ,Jábi y forzada?
La lingüística no puede resolver estas. cuestiones. Quien se aven–
tura más allá, con la sola ayuda de los procedimientos lingüísticos, elige
consabidamente el camino de las conjeturas.
terpretar con rigor científico el texto homérico, debe traducirlo justamente con kiang,
chigetai, ghor-khar, o
-
si estas palabras le parecen profanas en
la boca de un
rapsoda clásico -
con
Equus Hemionus,
o
Asinas Equioides.
En efecto, Hehn cae en el error de suponer que el équido asiático fuese también
antes limitado al
habitat
actual, del Tibet. En segundo lugar, como lo ha demos–
trado ampliamente Piétrement,
(pág. 721), los
fiµCovot
asiánicos no S<?n por nada
híbridos. Lo dice claramente un .texto de ARISTÓTELES:
(Hist. d. los An.,
VI, 36):
"Se ven en Siria a_nimales que llaman
fiµCovm,
los que
se
asemejan exteriormente a
los mulos producidos por el caballo
y
el asno, pero que no obstante forman una es–
pecie aparte" . E.I espíritu observador del gran naturalista no deja "en el aire" dicha
diferenciación, sinó que la define sin dejar lugar a dudas: "Los
fiµCovot
de que habla–
mos, machos
y
hembras,
son prolíficos entre sí".
(5)
PICTET. -
Origines,
etc., 1
9
tomo, p.
355.
(6)
BtiRNOUF, pmile. -
En una comunicación particular
(1868) a C. A.
Piétrement. Ver PIÉTREMENT, Les
Cheoaux,
etc.,
p. 715.
(7)
PIETREMENT,
ibidem,
pág. 715.