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yes son ricos en oro y plata,
reyenacajh chuquina korina ka–
miripjhewa;
enfermo de los ojos,
naira usuri;
faito de fuerzas.
chchama tucupiu ;
los que están faltos de comida padecen mu–
cho,
mankka pisi hakenaca, anchau ttaquesi.
P0r los cuales ejemplos se vé que los adjetivos en esta
lengua piden ablativo sin preposición. Y si uno quisiere decir
que no es ablativo, no importa mucho. con tal que el caso
regi–
do de el adj etivo se ponga siempre pri mero
y
sin preposición, co–
mo está en los eje.-nplos.
CAPITULO TffiR 'ERO.
P.ARRAFO PRIMERO.
Régimen del Comparativo.
Las cosas se pueden comparar unas con otras en tres ma–
m'ras: la
l !.l
cuando significamos que una cosa exced a a otra;
la 2¡_¡.
cuando decimos que una cosa es menor de otra; y la
3!.l
cuando decimos que son iguales las cosas comparadas.
También es de saber que en esta lengua no hay propia–
mente hablando nombres comparativos ni superlativos al modo
que en la latina; mas hácense las comparaciones como en
la
castellana, con el advervio mas o menos: v. gr.; Pedro es más
rico que Juan.
Pedrojh Juanata huccampi kamiriwa.
La
cosa excedida se pone en ablativo con la preposición
ta
o la
partícula
tasa
o
tsa .
Aquella dicción
lwccampi
significa más,
y en su lugar se puede poner
maampí.
Este.hilacata es más
rico que el cacique,
aca hilakatajh mal/cota maampi hila ka–
miriwa. o maampi llalli kamiriwa.
Y si las cosas xcedi–
das fueran dos o tres, y se nombraren en particular, solamente
a la última se añadirá la partícula
o
a todas, como mejor pa–
rezca , v. gr.: Pedro es más sabio que Juan. Francisco y Martín ,
diremos:
Pedrojha, J uan r.hotsa. Franciscotsa, Martinatsa
maampi amauttapuniu.
En las cuales oraciones siempre in–
terviene el verbo sustantivo o en su
lu~ar
la partícula
wa
o
pi