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CAPITULO CUARTO.
De las partículas de ornato
Algunas partículas hay en esta lengua, las cuales no sir–
ven de otra cosa que de adornar
la oración; porque sin éllas
bastantemente y sin que nada les falte, está
la oración buena;
éstas son:
hua, pi, jha, pilla, sa, poca, cha, ti, sti, oca, spalla. .
Hua
y
pi:
estas dos partículas sirven para una misma
cosa; porque donde se pone una puede ponerse la otra.
La di–
ferencia que puede haber es, que en una región o uno en par–
ticular acostumbre poner más
la
hua
que la
pi,
o al revés.
Usan de ella los indios en las oraciones afirmativas especial–
mente, y pónenlas donde cayere mejor en la oración; unas veces
al
nombn~
otras veces al verbo, u a otra parte de la oración;
v. g. en
la oración del avemaría dicen: apusa úiosawa
b umampi canqui: en el credo dicen: Poncio Pilatona
arupatpi mutuna Espíritu santoru yasaspi; y en
el
catecismo, haniwa Diosata uca nokaca.
Es
muy ordinario juntarse con las dicciones interrogativas
khiti, cuna,
etc.
khitipi Diosa? kaukhapi Diosa,
etc. Y no de–
jaré de traer a
la memoria que sirven de tercera ·persona de
singular y plural del presente de indicativo del verbo sustantivo,
como dijimos en la primera parte.
Jha:
lo que yo he advertido acerca de esta partícula es,
que muy ordinariamente se pone respondiendo, v. g. J esucri s ·
tojh khiti pi?
J esuc ristojba, cheka Diosawa
cheka hakeraquiwa.
Usase también mucho respondiendo, reprendiendo o riñien–
do a otro; v. g. !=Íendo hijo de hombre principal, ¿porqué andas
con ruines? hiskhirina wawa pacásina, cuna laicu
ñ a n kha hake nacampi irpanaktas t ajha? ahora di–
ríase, irpanakajha, sin estaca; porqué vas tú diciendo mal de
mí, h umajh cuna laicus arusnakes t a ? Dicen también
cau q uijbac auqui? vel cun ajba cuna? esto es,qué es lo
que dices?