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que sale de los mismos verbos; como de enseñar enseño, dire–
mos,
ya tichata yatich t u;
de ir fuí ,
sa r a. ta
sa
rtu,
de
venir vine,
hut ata hutwa, etc.
El modo de sacar el nom–
bre verbal de cada verbo, es tomar la primera persona del pre·
sente de
indicativo y quitarle la
ta,
y quitada , lo que queda
es
el
nombre verbal
que particularmente sirve para el dicho
modo (le hablar, aunque se le añade una partícula
ca,
hoy po–
co usada. por ornato, sin la cual estuviera muy falta la oración;
pero acerca de los nombres verbales trataremos mas difusamen–
te al principio de la
3a
parte.
CAPITULO SEPTIMO.
Del régimen del
infinitivo.
El infinitivo se determina de otro verbo como en la lengua
castellana: pero porque
el
modo, como esto se hace, no confor–
ma en todo con la castellana, es necesario saber cómo esto se ha –
ce en todos sus tiempos.
Presente de infinitivo.
El presente de este modo es muy fácil, y se determina de
munaña,
amar o querer;
amjhasiña;
o
am taña,
acordarse;
yati–
ña,
saber;
isapa1í a,
oir
kallaraña
o
kalltaña,
empezar; y de al=
gunos otros verbos. Sea este el ejemplo: quiero enseñar,
yaticha–
ña muntua
poniendo primero el infinitivo y después el verbo
determinante:
lo mismo se hará en los demás verbos cuyo
ejemplos dejo por no alargarme y ser fáeil de hallarlos.
Preterito de infinitivo.
Para explicar este tiempo es forzoso
el
participio de pretéri–
to acabado en
ta
o en
vi,
el
cual como apuntamos en la prime·
ra parte, cuando sirve de pretérito
de infini tivo no tiene signifi–
cación pasiva, sinó activa, o por mejor decir es nombre que sig–
nifica la acción presente. Lo cual se echa de ver en que cas1
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