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para su mal se confiesan los que callan pecados, hu c ha iman–
ti rin :1cajh ñankjhapatayuiu confesa
i.
Otros verbos
hay que piden dativo y no pueden reducirse bien a regla: como
tuve verguenza de tí, hum ataq u i ppekasta; encubríle a tí
este pecado, ac a huc hajh h u m a t3q uiu imanta ya ta;
tuve miedo de tí, hu mata.qui ajb s<naya . i yata .
Verbos que rigen dos acusativos.
Los verbos de enseñar, dar, manifestar
y
otros semejantes
a estos, piden otro acusativo con la preposición
ru:
v. g. san
Francisco dió sus vestidos a un pobre, s a n Franciscowa
Í!'Í nacapa m ay ni huajhch<HU cburana ·, Jesucristo en–
señó el camino del cielo a los hombres, Jesucristowa alajh–
pacha take hakenacaru Tat ich a na. Tened en poco las
cosas de la tierra, aca orakenquiri y a na ca jh pisiru
hákbuma . Pedro vendió su caballo en .cien pesos al curaca ,
Pedrojha pataca juiraru caballopjha aljana mall–
c u ru. Este verbo a lj a ñ a tiene tres acusativos, como consta;
porque
el
precio en que se vende una cosa se pone en acusativo
con
ru.
Otros verbos hay pue.p1den acusativo con
ru,
pero no
pueden reducirse bien a regla.
·
Verbos que rigen acusativo
y
ablativo.
El instrumento con que se hace una cosa se pone en abla–
fivo con
mpi:
hirióme con un cuchillo; c uchillumpi
hunttito. La materia de que se trata , en ablativo
con
ta:
el ablativo de compañía pide
m
pi;
pero porque en el
régimen de las preposiciones se hade hablar de esto, allí se trata
rá más cumplidamente.
PARRAFO SEGUNDO
Régimen del verbo pasivo.
Después del verbo activo luego se sigue tratar del verbo
pasivo el cual quiere nominativo de la cosa que padece y geni--