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XXYI

OLLANTAY

culares, había reunido ya una

r~

petable cantidad, no tuvo el con·

uclo ni aun de comenzarlas, porque u última enfermedad duo

inopinadamente a t iempo parft impedirlo.

lternaba e tos cuidado parroquiales con el estudio que era parn

luna, verdadera ob e ión. Lo :pocos rato que le dejaba disponible

el mini terio sacerdotal dedicábalos a poner en limpio su

Diccion(l,rio

a,~wlítico·sintético·ltniversal,

o a la traducción del

Ollantay,

obra por

entonces comenzada para corregi r las tle von T chncli , Pacbeco

y

algnna, otra, todas ellas deficientes, atmque ya preveía, que su trabajo

e

ta.ba,

sentenciarlo

a.no

ser públicamente conocido y de ello e lamen·

ta:ua amargamente (').

Pero como si las contrariedade le esforza,ran má , en vez ele ener·

varlo, todo esto le hacía continuar con má decidido y tenaz empefio

la tarea que e había impue to. E te afán por el e. tndio

y

la medita·

ción le dominaba de tal manera, que basta llegó a. privarle del ueño.

<<Son la 12 en punto- decía en una de u · carta (')- y me levant6

por no tener gana ele dormir, para contestar a u muy apreciable del

16 que recibí esta tarde; y como la amistad con i te en la emejanza,

creo que-u. ted ambi wpasará alguna noche in omnes; pero Asue·

ro, cuando no tenía . ueño, e

Jw,c'íl"\>

'eer la')li-sto

,r.üt

c\e lo Per ·a ·y de

los l\1edos

'i\ ,

u

1

yo

t

:Ugo mttclio que meditar tpara mi entretc·

nimieuto,

· 1

tla

e m¡ibir pqrqne

~

í

iemi?re queda algo para.

l otro día. >>

~

GOn sto eJ golf< ba e n ·

1

profunda di qui icione.

obre tad· a e.

y.

·a•ce.· . «Y

(l.

ht una, y el ·ncijo no viene todavía,

- decía

m,

s ncle anf ; - cor o

1

humo para los ojo. y el vi na are

para lo dieu e , a

í

e el perezo o para los que le enviaron, e to e. ,

fa ticlioso en tardar, p ro

de mininvis non

ClW(tt

Praetor. .Amo·rlomi·

mt.Y,

nequaquam;

amo e el que cuida...

»

Y ya no se volvía a acordar

ni aún de la llora que era, ha ' ta dejar evidentem nte aclarada la di fe·

rencia cntr

amo

y

se1io1·,

acudiendo para ello no ta.nto a la hi toria

como a la filología

y

la gramática.

Pero todo e to terminó de una manera viol uta con el ataque de

npoplegía que ufrió en e te mi mo aíio ele

1

9, que le dejó ca. i para ·

lítico de un brazo

y

lma pierna, perdiendo tambi n la facultad ele

hablar, nfermedad de la que nunca llegó a r poner del todo.

Inútil ya para el mini terio parroquial fué tra. ladado a autiago

del E

t

ro, donde la uria ele iá tica le ncom ndóla capellanía del

(') nrtn ni

seiior Lnfone Qne'<'cdo, 11 de jtmio de 1

f!.

(') urtn

al "ciior Lafont• Qncyedo, 25 de julio de 1 9.