MIGUE l~
ÁNGEL MO
1
XXlll
Apenas ll egado a. su parroquia, dedicó e con afán al arreglo del ar–
ch ivo que e taba de ordenado. La capilla, una vieja
y
pobre capilla ele
p ueblo de campaña., necesitaba cambiar el piso, porque el maderaje
del que tenía., esta,ba ya roto y ga taclo pol' torlas partes. Precisábase
para esto tiempo y dinero pero la actividad del padre Mo
i . uplió
todo
los inconvenientes y amba obra, qnecla.ron terminadas ante
ele finali zar el primer mes ele su negada a la parroquia de Atami qni.
AcercáiJa 'e, entre tanto, la fecha de la Exposición universal de
París de
1
89, y el gobierno argentino había resuelto concurrir al
gran certamen. La
pren~a
de Bueno
ire
había aceptado con calor
este propó ito y excitaba a la' provincias a qne, eparadamente, orga–
n iza en su concurrencia, no omití ndo detalle alguno de cuantos
pudie en valer para
desmtbrir
a la República Argentina ante el mundo
entero que había de congregar e en la Villa Luz.
Recoruend{~base,
sobre todo, la publicación ele memoria o de cripciones, no tanto de
carácter financiero, mercantil, agTícola e indu tria ] como hi tórico,
etnográfico y lingtHstico, a fin de que la república pu(liese pre entar
en la gran Exposición un estado completo
y
detall ado de su riqueza
de us co tumbre , de su historia, de sn pre ente y de lo que podía
ser en lo futuro.
E l gobierno de Sant· g
jtl
gó que ería íntere ante dar a conocer
en París, además
c~e
un e
mv
1
dio bi tóri o d,e Ja
p:ro~incia,
el idioma
de lo iuca , tan e:xtendiclo en e los campe inos antiagueüo
y
aun
entre los habitantes e
l-a ctudailes,
a.! Me to, pot' me(lia,ción del
ntini tro de Gobierno, señor don
~icolá
eiva, inYitó al señor Lafon
Quevedo a qu e se encargase de e cribir una gt·amática. de esta lengua.
La elección era acertadí ima, pero el señor Lafone Que,redo tenía del
padre J.\I o si un concepto tan elevado, que no vaciló en declinar la
invitación del mini tro, proponiendo, en cambio, al venerable cura ele
Atami qui, como in ubstituíble ]Jara ejecutar el pen amiento del
g·obierno. La propuesta fné aceptada y el padre 1\Jlossi, encargado de
e cribir la gramática quichua, pu o en e ta obra tanta diligencia, que
la dejó terminada en el breve espacio de eis meses. Como detalle cu–
rioso, el mismo padre Mo si bacía notar que había terminado la obra a
las
doce
horas de la noche del clía
üoce
del mes
cloce
del mismo afio 88.
Rabia aceptado el padre Mossi el encargo del gobierno santiagueño
sin exigir recompensa alguna; pero, a cambio de ello, bien podía e pe–
rar que el gobierno le subvencionara la publicación del
Dicciona1·io
anaHtico-sintét'ico-1mive1·sal,
aprovechando la ocasión de imprimir e
también su
Grmnáticct qttichuct.
E l
mini.
tro le pidió pre1mpue to por