Previous Page  37 / 336 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 37 / 336 Next Page
Page Background

:UIGUEL ÁNGEL

~IOS

I

XXV

En lo primeros día de febrero del siguiente afio 1889 trasladóse

el padre Mossi a la docta ciudad, donde estuvo basta el mes ele abril.

Su permanencia en Córdoba no debió proporcionarle muchas atisfac–

ciones. La Gramática estaba concluída, pero no el Diccionario, cuya

terminación recomendaba a u entraiiable amigo el señor Lafone Que–

verlo, «aunque contrayéndolo al quichua catamarcano

» -

iemá , los

recursos votado para la provincia antia.gueíia se habían agotado y

el padre

Mo

·i tuvo que abonar ele su propio pecnlio, que no era muy

abundante, la edición ele mil ejemplares de u folletito

Doctrina

q1~i­

ch7ut.-eastellanc~,

y otros quinientos ele u Gramática, que destinó ínte–

gTo a regalos, sin reservar nada para la venta, pue to que siempre

!lUyÓ ele negociar con u obra porque, como él mismo rlecía, <<

neque

e,qo admito O]Jera mea venalia

>> (').

Deseaba, por momentos, abandonar a órcloha, para volver a Ata–

mi qui, donde, entre otras pequeñas satisfacciones, le e peraba la más

grata que él pudiera. desear: <<volver a hablar quichua >> . A los que se

lamentaban de sus contrariedades con te tábales él poniendo de mani–

fiesto la inaltérable tranquiliclaci de su espíritu. « Yo no conozco la

más feliz del mundo >> ; a

í

odo

s1~b

bul'>ieran juz-

ara u oln;ntad y energía no tenía ape–

i ne, a

le~á.

de lólogo eminente,

era un sacerdote ejemplar, dolía ·e el que u feligre ía ele Atami qui

no tuviese otro edificio para el culto sino una pobre y mísera capilla;

y quiso dotarla ele una igle ia, para lo que comenzó a solicitar el con–

curso finan ciero ele u feligTeses que, ni cortos ni perezo os, e cucba–

ron la voz de su pastor, que tan querido era entre ello . Sin embargo,

y a pesar ele que hombres como el doctor Telasco Castellanos, hijo ele

Atamisqui, le ofrecieron su valioso y decidido concur o; que el Con–

greso nacional le concedió una subvención, y que, ele limo na parti-

e tab:t ilioicndo la tradicional

misa llcl yallo,

c:tyó

ttln

fu rtc aguacero que el ton·cntc

inundó la

plazn,

convirtiéndola. en una la.gunn.. El parlre l\Io

i

tuvo quo n.tra vesnr

fL

pio

por en meilio do lns agua qu h :tbfnn alcn nzndo nua r egular altlU'tt. El día 29, s/i,bado,

descargó oti·a fuerte torment!t que inundó ht plnz:t y las onll . El puut'O Iossi om y:t

de edad 1Hll'to avanzada ¡>m·a resistir i.Jupunemento estus moja durns,

y

a eJJns, tal vez,

deb:t tLtribtürse el

~>taque

de

~tpoplegfn,

que más ndelauto ttfri6 y que fué su últim••

cufermed:>d.

{ 1 )

Ca1·t.• ni serror Lafone Quevedo, 11 <lo jnuio do

1

89.