MIGUEL ÁNHEL i\IOS I
XXIX
má.s u
Diccionario
y comprobar que ni una !:\ola palabra hebrea
est<~ba
empleada en la Biblia en distinta a<)epción que la que tiene en quichua.
Disgustóle por e te tiempo que alguien tomara en cuenta su obra,
considerándola desde el punto de vist<t financiero, cuestión que iempre
repugnó el sabio e critor, porque si quería que sus obras fuesen cono–
cida , no toleraba que de E:'llas se hicie en objetos de compra y venta.
Por eso rechazó la proposición que le hicieron de Buenos Aires, de
comprarle lo original e .
El
padr(>.l\'[os i quería que la publicación de
sus trabajo fuera a cuenta del gobierno ('). Y esto lo lla.cía. cuando,
falto de recur o , estaba viviendo de limosna en el hospital.
El cambio de la situación política. en Santiago, el año
1893
pare–
ció que facilitaría el cumplimiento de los deseos del padre l\iossi. El
nuevo gobernador, como el vicegobernador, habían ido discípulos
suyos, del mismo modo que <una docena de doctore que todos me
aprecian >, decía en carta al efior Lafone Quevedo (' ). Pero pronto el
de engaño vino a desvanecer esta nueva ilusión. <Todo quieren
pero 1ling1mo afloja», añadía en la mi ma carta. << ... ya no estoy en el
tiempo del señor Leiva, en que tenía cómo sustentarme y mi herma–
na ya se hace vieja co o yo.» A tal ex remo ha;):>ía lleo·a , <],Ue las
privaciones y sin abore de
mpo p, saclo
1
,pa\·ecían ahora o·l1ande–
za o poco menos.
Ante el repetiuo fracaso de
i exhalaba
, de que a.l
tK·u· a lo que, con
1
cles.vío, eran la
causa de ella ·. Pero no se crea que sus amargas quejas turbaban ni
por un momento su bondadoso corazón. << Con eluue o g·obierno es–
pero que se con eguirá. modo para imprimir el
Olla.ntay
j
pues el mo–
tivo porque le indiqué que no hiciera diligencia algtma es porque en
el ministerio se hallaba un eñor López enemigo de e tas produccio–
nes por temor de la crítica de las suya » (' ).
Aquel gobierno cayó; sub tituyóle una intervención nacional y el
padre Mossi continuó con sus esperanzas siempre alimentadas y iem–
pre sin convertirse en realidades. El alma verdaderamente infantil
del padre l\ios i se revela como nunca en estas ocasiones, en que se
lamenta por escrito de todos su fracaso . Comienza refiriendo la hi -
toria de us gestiones, pero de pronto, una palabra, castellana o qui-
(') Carta nl seíior Lnfoue Quevedo, 20 de <lioiombr do 1 92.
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11 de enero de 1893.
(') Cnrtn nl señor Lafone Quevedo, 19 de mnyo do 1892.