OLLANTAY
El señor Honorio Mossi,
sobr~no
del sabio filólogo, tomó a su cargo
estas investigaciones que re ultaron infructuosas, a pesar de contar
con la colaboración de personas que tan afectas fueron al padre
l\lo si, como los eñore don Ramón Carrillo y don Gregorio E ca–
lada, e cribano de regi tro
el(,
Santiago del Estero. La cita de
G
tos
nombres sirva de testimonio de nuestro agradecimiento por la
coo.pe–
ración que nos han prestado.
Los que fueron amigos del padre Mossi, los quicbuistas en general
y todo aquellos a quienes sea grata la publicación de la presente
obra, deben, en primer término, gTatitucl a lo eñores doctore Er–
nesto Padilla y Juan B. Terán, a quienes ha de atribu irse el mérito
ele que los trabajos inéditos del padre
Mo
si hayan visto, al fin, la luz
pública. Su entusiasmo por la ciencia y su amor a la lengua ameri–
canas hicieron que su eficaz y personalí ima influencia, de gobernador
de Tucumán el primero, y de rector de la Universidad de la mi ma
provincia el egundo, se pu iera al ervicio de e, ta obra. que hoy
vemos felizmente terminada y que bajo el alto patrouato de la Uni–
versidad tucumaua se entrega a la con ideración del público, de pués
de m s de Yeinte años <e vida pó turna.
Ct
p la joYen ' benem rita
¡ver i,ílad, del norte, al patrocinar
esta obra ,
1
fin al¡tamente plan ible; re dir con ella un tributo
de h me
a~
, la patria, con 'píotivo d;el pTimer centenario de su inde–
peudencia,
incnlar más aún el idiom quichua al noroe te argen–
tino, do 0<-a1m
:o ser a
u puueza primitiva, y donde
se ha la por gran número de habitm¡rtes, no ólo'del campo sino tam–
bién d las ciudacle .
MAXIMINO DE BARRIO.
L a, Plata, junio de 1917.