Table of Contents Table of Contents
Previous Page  98 / 292 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 98 / 292 Next Page
Page Background

80

RICARDO ROJAS

expresó el ensueño que en la mente difund la vagu lad

de esas nieblas, el eco de esas quebradas

y

el

e ~

plE>nd r

de esos crepúsculos ...

. . . Las Selvas esperaban todavía su intérprete, - el

poeta que al recorrer umbrías

y

senderos, hubiera co1n–

prendido el prodigioso espíritu de la breña en el hondo

silencio de i:ius abras

y

la muelle existencia de sus

ranchos, el pavor de sus mitos y el encanto de sus

leyendas, en el himplar de sus pumas y el ayear de sus

pájaros nocturnos,

y

la inúsica de sus árboles cuando

por ellos pasan, co1no arcos invisibles, el anhélito de

la brisa y el resuello otente de los huracane. ...

Pero na i que estu lie el alma de aquel pueblo la

habrá conocí

1

o hasta no verla cómo se regocija

~~~a~n

·fiesta todas sus excelencias y

as- -

~

as de U:n mismo espectáculo

sencillo

y

conmovedor. Allí están reunidos sus amores,

sus alegrías, su cancionero, su arte y sus mitos, en

tanto que, desde el fondo· silencioso de sus tristezas

habituales, un ansia suprema de libertar la vida arroja

esa

mu~hedumbre

de almas en los desenfrenos de la

bacanal.

Tal acontece la Nochebuena.

En el hogar de los patrones ha de nacer Jesús. Tienen

estos, por herencia de los abuelos, una imagen del di–

viño párvulo. La gente de la estancia alborótase desde