101 / 292
EL PAIS DE LA SELVA
Costumbre de mujeres
Llorar por nada ...
-
Esta noche, buena noche,
Noche de parar la oreja :
Arrin1arse á la ventana
Y
ver si ronca la vieja.
Ó
bien la
'idalita del cantor anuncia á nuevos
gauchos que vienen por el callejón, co1nbándose en las
monturas : un bote de aguardiente en la inano, una
china en ancas . Suenan estruendos
y
gTitos : el potro
corvetea ,
y
tre1nolan
al
viento sus gireladas cri–
nes.
'
Y
tal suced
elitos .
Los
«
a1~gelitos
>)
son los niños que inueren,
y
cuyas
almas, puras, vuelan á la gloria . Acaecimiento tan
fausto produce una angustia mezclada de gozo en el
hogar. Las alas del angelito ·para emprendeT su vuelo,
ncccÉ'itan de bailes
y
alabanzas. Si no, -
¡pobrecito
!
-
<!luizás :_,ogará en pena bajo los árboles ,
y
acaso al–
gu11~s
noches, aterido de frío
y
atormentado de aban–
dono, se viniese á gemir junto
á
la quincha del rancho
familiar. Para evitar este peligro impío,
y
ulteriores
desgracias, ton1an el .pequeño cadáver, lo envuelven en
lienzos, lo aderezan de flores,
y
puesto el fére tro sobre
u_na mesa, alun1brada de velas, danzan
y
beben en reli-