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EL PAIS DE LA SELVA
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en el caudaloso Plata,. ancho como un estuario. En ese
triángulo formado por el agua y la piedra, fraternizan,
como en ninguna patria del orbe : el hombre de las
painpas litorales, donde antes rugía la horda
y
canta hoy
el labriego , el 1norador de la llanura
n1editerránea~
que
oyó el tropel de las montaneras; el nativo de las
montañas, alcázar de crepúsculos y nieves, y el hijo de
la selva n1isteriosa donde el Salado y el Dulce b<:'ljJ.n
1nurmurando bendiciones de Dios sobre aquella apacible
.Mesopota1nia ... No se ha escrito, sin embargo, lo que
llamara yo la geografía espiritual de la República. Libro
de hisloria, rle ciencia, -
de lírica también, -
nos
enseñaría cón10 son las ahnas que nacen de esa pampa,
de esa llanura,
10
llaña
y
de esa selva; có1no
sus genios
i~ üst'
e
inp ometieron nues tra naciona-
lidad en la er'
·1
iole1Húa de sus guerras civiles; cómo
ellos münnos, en
una:
efinitiva conciliación, redujero11
á
cenizas la utopia unitaria y fundaron sobre los catorce
puntos fijos de las ciudades coloniales nuestro gobierno
federal.
L9s
artis~as,
precursores siempre, instituyeron las
di versas iJiosincrasias de esos genios distintos : Sar-
1nie:rilo1 el Homero de la Barbarie, desentrañó en la
vida
del Tigre de los Llanos el nume'n rebelde de las
carnpañas pastoras; Echeverría, aunque de una n1anera
balbuciente, supo e.l triste ro:mance de los pa·yadores
pn1npeanos y la indó1nita libertad de los centauros
~ndígenas;
Gonzálcz, el cantor de la cumbre riojana
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