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RICARDO ROJAS
luta : si soltera, pertenece al padre, y se trata con él su
matrimonio, como la compraventa <le un se1noviente
cualquiera ; si casada, al marido, cuya unión c ...,
lcm–
poral ó perpetua, pues no se ligan por otro vín culo
que la libre voluntad. El esposo, mediante la 0stipula–
ción de un precio justo en ropasó alimentos, puede ceder
la consorte á un amigo. Disuelta la pareja carga la n1a–
dre con los hijos, siendo casi nulos sus cuidados.
Tales hábitos van desapareciendo. De la misma s ucrte
que nuestra civilización del litoral ha sido transformada
por elementos uropeos; y modificado
á
su vez las so–
ciedades hisp n ·
'genas- del interior, así estas últi–
mas van absorb · -n
o
e
su seno los últimos restos de
salvajismo pu
convertirlos en fuerzas civiles.
El progreso, extendié-ndose sin cesar en la nación de
las ciudades á la periferia de las campañas desiertas, ha
salvado ya, en Santiago y ·Santa Fe, -las márgenes del
Salado que antes las limitaban, en aq11élla por el ori ente
y
por el norte en P,sta . Un formida,bleempuje industrial
ha entrad-o en la legendaria selva chaqueña, y los s al–
vajes que antes la habitaran, han huído con sus lares á
refugiarse en breñas más recónditas, ó se han sometido
al régimen de la nueva vida,
y
no es raro encontrarlos
ahora, empuñando el hacha civilizadora, en los obrajes
de la región.