![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0075.jpg)
III
FASCINADOR DE SALVAJES
mañana siguient
~dado
sin indios. Sentados,
á
la
a:
o el corredor de la casa, espiaba
yo al camino, om_o
á
la espera de otro suceso singular.
De pronto, hacia el noroeste de la ruta, apareció una
n"ttbe de polvo. Paulatinamente, dos jinetes se destacaron
en la polvareda borrosa.
-
Es Pérez, es Pérez, exclaman
á
mi lado.
-
-Sí, viene con un indio, -
dice otra voz.
La rnapo puesta sobre la frente,
á
guisa de visera,
seguimos avizorando, mientras se acercaban los dos al
1
paso lento de sus cabalgaduras. Fuimos
á
recibirlos
hasta la tranquera, que cierra la manga del camino.
Eran ellos, al fin
! ...
Apenas apeado vió Eugenio Pérez
cual era el desconocido entre todos,
y
dirigiéndose
á
mí,
prorru1npió con su familiaridad risueña
y
originalísima: