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'LOS IV LIBROS DE LA IMITAClON DE CHRI TO
en que tambien ha manifestado la estima–
cion que hacia de este libro.=Sabemos
que entre las obras de Nieremberg, que se
hallan todas en la Biblioteca Real, no se
halla tal version hecha por el, ni el sabio
D." Nicolas Antoni o en su Biblioteca en
que refiere todos los tratados que escrivio
el P. Eusebio, hace mencion de séIT?ejante
version, ni en la Biblioteca de Alegambe
continuada por el Jesuita Sotuello, donde
se refieren menudamente todos los opuscu–
los i tratados que compuso el P . Nierem–
berg, como i las diferen.tes impresiones de
sus obras, no se menciona que el P. Euse–
bio vertiesse en lengua española los quatro
libros de la Imitacion.-Pero como se luvia
de hallar esta version entre las obras del
P. Nieremberg,' i havia de atribuírsele en
su Biblioteca, una version que no hizo, y
que es del V. P.M. Fr. Luis de Granada?
Lo que huvieran querido, como lo procu–
raron los Jesqitas, es prohijar
a
su Nierem–
berg todas las obras del Granatense, de que
es buen testigo un imrressor de esta ciu–
dad,
a
quien ofrecian no se quanto para que
las reimprimiesse todas baxo el nombre de
aquel Jesuita, con intento de embarcarlas
para Indias; concertaron con cierto impres–
sor de Gerona quien estampo un librito
que con tenia las oraciones del V. P. M.
Fr. Luis de Granada para ohir devotamen–
te la Misa, y para la Sagrada ·comunion, i
le atribuian
a
uno de su Compañia, i ven–
dian en esta Ciudad de Barcelona, hasta
que
a
instancia de cierto personage se pro ·
curo remediar el daño que padecía el publi–
co, y detener el atrevimiento. - Sale p,ues
oy esta version con el nombre del V. P. M.
Fr. Luis de Granada....»
El Sr. Climent debió de enviar este
Pró–
logo
á varias personas para que lo examina–
ran, y le dijeran francamente lo que les
parecía de su asombroso descubrimiento. Es
pos ible que, al enviárselo,
se
explicara tam–
bién con alguna mayor precisión y claridad
sobre lo que pretendía probar en él: que no
era precisamente que se hubiera publicado
á
nombre del P. Nieremberg la m1srl)a tra–
ducción, que constaba de seguro, y aun en
alg unas ediciones se decía expresamente,
ser de Fr. Luis, sino que la llamada,
y
aun
eso erróneamente según él, del P. Nierem–
berg, no podía, á causa de la semejanza con
la otra, afirmarse en todo rigor distinta de
la del insigne Dominico.
Así lo hubo de entender Fr. Pedro Plá,
como parece por carta suya de Barcelona y
Febrero 21 de 1775, en que, después de
haber mariifestado al Sr. Climent que «la
• version que corre baxo el nombre de Nie–
remberg» difiere, á su juicio, «de la del
V. Granada», bastante más de lo que algu–
nos se imaginan, prosigue de esta manera:
«He cotejado las dos versiones en varios
capít ulos de todos los libros, y en todos las
he hallado di feren tes, como
1
o conocer
a
V. S. de la diver s idad que he observado en
el primer cap. del libro
J.º,
i
la misma i a
veces maior ocurre en· varios capítulos.»
Sigue el cotejo y la diversidad, que omi–
timos por no al.argarnos en demasía, lo
mismo que varias otras curiosidades no de
tanta substancia como la que nos ofrecen
dos cartas, cuya omisión pudiera calificarse
de verdadero pecado reservado en la moral
bibliográfica.
Las dos son de D. Manuel Roda al sefior
Climent¡ y la primera, fecha en Aranjuez
á16deMayode1775,diceasí:«D." Vicente
Blasco me comunico en el Pardo el manus–
crito de que V.
I.
me hablaba [es decir, el
Prólogo].
Quedo en cotejar la traduccion
del V.e Kempis hecha por el V.e Granada
con la del P.e Nieremberg. Yo lo hice en
otro tiempo
1
y conservo memo'ria de h a'ber–
me parecido mui -diferentes. No he v isto la
que publico el P . Muniessa, que es sobre la
que recae la critica de V.
I.
Ahora no tengo
tiempo para cosa alguna, pues en las pre·
cisas de oficio voy siempre atrasado....»–
Aq uí vienen los párrafos sobre los
<~Exerci
cios de S.
0
Ignacio» que arriba quedan co–
piados en el núm.
611
3.
La segunda carta, de
I
9 de Junio de·177
5,
es todavía más importante y significativa.
«Yo bien creo (dice Roda) que Nierem–
berg no sea el verdadero Autor de la [tra–
ducción] que se publico en Barcelona, por–
que no se sabe que la compusiesse, ni la
trahe Nicolás Antonio, ni el P." Alegambe,
ni su continuador Sotovel, ni el P.e Andres
Scoto, cuia noticia n inguno de estos AA. la