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lV LIBROS DE LA IMITACION DE CHRISTO
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en la 13iblioteca Real de Madrid , donde los
hay de todos los libros del mismo autor.
Vamos conjurando por partes este impo–
nente nublado literario que se nos quiere
echar encima.
Y ante todo, ¿en cuá.l de sus n umerosas
obras querría el Sr. Roda que el P . Schott,
muerto ya á 23 de Enero de r 629,_, nos ha–
blara de una traducción que no se iba
á
imprimir hasta después de obtenida la li–
cencia á 8 de Septiembre de 1654? ¿Cómo
quería que hablase de ella ni aun A legam–
be, cuya
B ibHotheca, se
había publicado ya
en Amberes el año de
I
643?
Pero, á lo menos la de Nicolás Antonio
'
dicen, no empezó á estamparse hasta el de
1672, ni sali"ó á lu z hasta el de 1676 la de
Sotuelo; y á pesar de que ya el primero re–
fiere «todos los tratados», y el segundo no
sólo refiere «menudamente todos los opuscu–
los i tratados que compuso el P. Nierem–
berg», sino también «las diferentes impre–
siones de sus obras», .todavía ninguno de
ell os menciona la traducción del Kempis .
Por lo visto, ni Climent ni Roda tuvie–
ron ti empo 6 ganas de leer el siguiente pá–
rrafo de Nicolás Antonio en su
Appeudix
pnºor ad Bibli'othecam:
«lOANNB.'S EvsEBIVS
NrnRENBERG.....adjunge.-Verlit ex Latino–
Thom:is de Kempis,
s1ts obras/
si ve ut cre–
d1mus, libros aureos de
Imi'tatione Chrz'sti>
Matriti semel atque iterum, subjungens in
secunda editione,
Vu T1· atado de dictame–
nes es_p1rituales....
~>
(u,
305:
cfr.
s90).–
Algo obscuro está aquí nuestro bibliógrafo,
y aun es posible que no sea muy exacto lo
que nos asegura de las ediciones madrileñas
anteriores al 1672; pero su testimoni o, aun
tal cual suena,. obscuro
y
quizás inexacto,
nos basta para probar lo atolondrados ó
fa–
laces que anduvieron Climent y Roda en
su apel ación á Nicolás Antonio por los años
de
I
774 y 75.-Á haberse podido retrasar
diez más su erudita correspondencia, de se–
guro que no incurrieran en semejantes des–
cuidos ó engaños; pues por fuerza hubieran
tenido que tropezar con la a1iadidura y en–
mienda que aparece en la segunda ed ición de
la
Bibliotheca Nova,
en el artículo mismo
del P. Nieremberg, donde, bien por cuenta
del mismo Nicolás Antonio, ó bien de sus
editores, se lee así, hasta, con su correspon–
diente solecismo: «Vertit .... ex Latino
&
vulgarem Hispanis post alios fecit, aureum
opus:
Itnt'tacion de Chn'sto
J'
mrmosprecio
del mundo de Thomas de
I~empú.
Ant uer–
pire 1650. 8.» (r, 688) .-En la fecha de 1650
hay evidentemente yerro de pluma ó de
imprenta; mas como ése en nada desvirtúa
nuestras reflexiohes, pasemos
á
Sotuelo,
autor tan escrupulosamente puntual como
nos le pintan Climent
y
Roda, en registrar
los títulos y aun las impresiones diversas
de la s obras del P. Nieremberg.
Pero
á
cualquiera q ne le haya leído se
le ocurre al punto preguntar qué idea se
habían formado esos señores de la puntua–
lidad y los escrúpulos. Por lo que hace
á
nosotros, podemos asegurar, con miedo to–
davía de quedarnos cortos, que de las im–
presiones de las obras del P. Nieremberg
no apunta la centésima parte siquiera de
la<s que conocemos; y que en la lista misma
de sus obras se olvidó de registrar algunas
harto notables, que podía haber visto cita–
das, bien en A legambe, ó bien en Nicolás
Antonio.-Sirvan para muestra" la «Vida
de San Ignacio deLoyola .. ..
»
(Madrid, 163 1)
y el <<Compendio de la Vida de el Venera–
ble P. Martín Gutierrez ....
»
(Jaen, 1639),
que ya constan en Alegambe (págs. 23 ,
583), y no aparecen en Sotuelo; así como
también «De perpetvo Obiecto Festi im–
maculat re Conceptionis.... »(Valencia, r 6
53),
«Exceptiones Concilii Tridentini pro omní–
moda Pvritate Deiparre Virginis expen–
sre.... Accedunt eiusdem Auctoris Disserta–
tiones Epistolic:ie....
»
(Amberes , 1665) y
«Theoria compendiosa de solida veritate
conceptft Deiparre absque labe originali....
Item eivsdem Sacrosyllabvs....
»
(Valencia,
656),
ningu.nade las cuales cita Sotuelo,
sin embargo de que se hallan expresamente
mencion ados en Nicolás Antonio (r, 522) .
¿No basta esta sola indicación para conven–
cerse de que ni anduvo Sotuelo tan puntual
y completo, como suponen Climent y Roda ,
en el catálogo de las obras del P. Nierem–
berg, ni el no hallarse especificada en él
alguna de las que se le atribuyen y corren
con su nombre, es razón suficiente para
calificarla de apócrifa ó sospechosá?