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282

DE LAS ALABANZAS DE LA MADRE DE DIOS

los

Opúswlos

de San Francisco de Borja,

«lpsius vero extat aureus

Li'belltts de

Orn·

tz'one mentaH;

Hispanice i am olim Limre

impressus», diceAlegambe (pág. 18), áquien

siguen Sotuelo (pág. 34), Nicolás Antonio

(r,

21),

Backer

(1,

1585) y Sommervogel

(m,

34) ; pero dudamos que realmente exis–

ta

semejante obra.

Ni los historiadores y bibliógrafos perua–

nos tienen noticia de ella, ni vemos q

u~

moti vo pudiera haber para que se la envia–

ra á imprimirá Lima .

Es

curioso, además,

que el mismo Alegambe no la cita en

el

ln–

di'ce

de a utores

y

materias; y que en el ar–

tíc ul o del P. Deza, poco antes de hablarnos

de su libri llo, copia de Ribadeneyr a (pág

22)

el siguiente párrafo: «Quem in catalogo no–

strorum Scriptorum pono; quoníam , etsi

eius scrípta nondum, exierun t in luctm,

multas tamen relíquit discípulos

&

scripto–

res, qui campos suos ex illius fontibus JTri–

garunt;

&

ab Alphonso Deza sapienter tra–

dita , luculenter ipsi, atque eleganter poste·

ritati commendarunt» (pág. 18). -El que

los sucesores de Alegambe omitieran este

párrafo sólo prueba que quisieron evitar la

contradicción, no que hubieran visto la

obra, la cual citan con la misma vaguedad

con que él la citó.

5783.-De las Alabanzas de la Madre

de Dios.

«DeLaudibus Deiparre. (En espagnol

(?J.)

(Apres 1662.) (Par le P. Antoine AL\'AfrnS

FEtrnEIRA.)», dice Sommervogel; y af1 ade

que «d'apres Sotwel (p. 64), un des dis–

ciples de l'a uteur pu blía cet ou vrage»

(B.

M.,

pág.

21,

núm.180:

cfr.

B., 1,

221).

Pero es

yerro tanto más manifiesto, cuanto que el

P . Sotuelo, por confesión del mismo Bar-

. bosa Machado , á quien tambi én cita en su

abono, da á entender bien claramente que

no llegó

á

imprimirse.

<<.-De Laud1bus D e1pane

como testifica o

Auth.

da Bi·b. da Campan.

p. 64. cuja obra

ficou occulta entre os seus domesticos, e

tambero ficara a seguinte se D. Ga,par de

Escalada, y Castillo Conego da Cathedral

de Medina querendo eternizar o nome de

seu Mestre a nao publicara com este titulo.

Adve1·tencias ]lluevas....

»,

dice Barbosa Ma–

chado

(1,

201); y Sotuelo, d espués de haber

advertido que el

P.

Alvares Ferreira «erga

Deiparam ex imía fer ebatur veneratione, de–

que ejus laud1 bus, scripta relíquit non pau–

ca», añade que «eius scripta vulgauit' nobi–

lis quídam, ac fidus eiusdem dí sci pulus....

edid itque His pan ico

l díomate

Condones

Quadragesi·males.

Matrití apud Maríam de

Quiñones 1657. in fo li o» ( pág. 64).-Lo

único, pues, que le imprimió su díscípuló ,

segú n el m ismo Sotuelo, fueron las

Con–

dones Quadragesi'males,

con? Íene á saber :

las

«Advertencias nvevas a la Lera,

y

Mo–

ralidad de los Evangehos de Qvaresma....

»

(descr. en el núm. 3702).

5784.-De las Casas

y

Solares de As–

turias . Obra genealogica heraldica de las

mas conocidas familias del Principado.

[ Por el P. Luis Alfonso de Carvallo, de

la Compañía d,e Jesús ]. ·En Madrid, por –

Julian de Paredes.

«Tambien anduvo manuscrita [ esta

Obra

de nuestro autor . lo mismo que la otra suya

de las

«Antigvedades....

»,

registrada al nú–

mero 3478], y despues la publicó Julian de

P ar edes» , dice

D.

Carl os Posada en su

Bz·–

blioteca Asturiana

(hoj.

7:

cfr.

Gallardo,

l,

429).

P ero lo cierto es que hasta el año 1695

no la publicó, pues el mismo P aredes avisa

con esa fech a lo siguiente a l fin de la

Ad–

vertenda

«Al qve leyere»,- que antepu•o á

su impresión de las dichas

A11tigvedades.

«Esc rivio (dice) el Padre Carvallo otro Tra–

tado

a

parte de las Casas, y Gen ealogías de

Asturias, el qual no h a llegado a nuestras

manos, aunqL'.e no hemos perdonado a dili–

gencias algun as. Pero este na ufragio pade–

cen siempre los partos d el entendimiénto,

quando muere su Autor antes de sacarlos a

luz: ellos se sepultan en la misma ruina de

su dueño,

o

se d es.aparecen con el Alma,

como accidentes proprios de ella.»

Pues de que tampoco hubo de llegar

á

manos de Paredes ¡:oi:teriormeu te al año

de 169 5, ó de que, á lo menos, éste no la

publicó, parécenos buena prueba la de que