HISTORIA GENERAL
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logias de los principales linajes de aquella
ciudad, y con exteusion de la casa del
In–
fantado, que comprende tantas de España.
Este libro se ha estampado con el nombre
de D. Alonso Nuñez de Castro pero ni es
suyo ni tiene en él otra cosa que el habér–
sele apropiado su mismo autor, y hecho
que le prohijase". Lo mismo afirma en su
Examen castellano»,
escribe Muñoz y Ro–
mero (págs.
f3.J.-35i
núm. 2); y luego más
abajo: «Segun el texto de D. Luis de Sala–
zar y Castro, que hemos insertado en el
art. 2, esta obra no es del autor que figura
en la portada, sino del P. P echa. El Señor
Ferrer del Rio dice en su
H1storia
de las
comunidades,
pág. 62, f!Ue Nuñez de Castro
publicó por suya la obra del mencionado
jesuita, con algunas alteraciones» (pág. 135,
núm. 4).
·
Lo mismo vienen á decir, sobre poco más
ó menos, Caballero (Mss., núm. 1292) , Ba–
rrera (pág. 195), Salvá y Mallén
(u,
518-19),
Ticknor-Whitney (pág. 251 ), Backer
(11
1
1590, 1831)
1
Sommervogel (D., col. 392;
B.,
v1,
41 •; rx, II05)
1
etc.; aunque su dicho
no parece que tenga otro fundamento que el
de Muñoz y Romero ó el de Ferrer del Río ;
así como es muy creible que el de éstos pro–
ceda también, como el de Franckenau, que
dice lo mismo (pág. 12, núm. xx1v, 35), de
la sola autoridad de
Sa~:-zar
y Castro.
En
camb~o,
ni Alegambe ni Sotuelo traen
artículo siquiera del P. Pecha; y el mismo
icolás Antonio, que sigue su ejemplo,
atribuye la
Hzstona
á
D.
Alonso, sin nin–
guna advertencia ó reparo (r, 38): circuns–
tancia algún tanto notable en el último, y
difícil de explicar en los primeros, mayor–
mente en Sotuelo. Duro se nos hace de
creer, en efecto, que no llegara á sus oídos
la noticia que daba ya el P. Felipe de Ossa
en su
Ca1'ta
de edificación, advirtiéndonos
con la llaneza y seguridad propias de seme–
jantes documentos, que su
Historia de Gna–
dalajara·
la «imprimió un letrado de aque–
lla ciudad para honrar su patria»
( Galerfa
de:festtitascélehres,
por el P. Fita, pág. 120).
Tampoco pudo menos Nicolás Antonio
de leer, al frente de la obra impresa, los si–
guientes párrafos de Núñez de Castro. «Al–
gunos de los
mate~iales
(dice) desta historia
huue a la mano¡ pero como de casa tan mal
vestidos,
y
con metodo tan desaliñado, que
huue de gastar dos tiépos, en mudarles del
trage antiguo el vno, y en huir yo de su lla–
neza el otro; porque todos los vicios tienen
resabios de contagio, quando ninguno ha
visto sanidad pegajosa. Algunos sucessos
desta historia, ya por no ser muy rudo el es–
tilo, ya por hazer mas fee a su estrañeza, los
dexe in nueuo adorno: escusado me parecio
notarlos, porque el que viere lo que es mio,
a dos lineas conocera lo que no lo es>.
De estas cláusulas, que de seguro leería
alguna vez Nicolás Antonio, sin que le
fu era muy arduo investigar de quién pu–
dieran ser los materiales que utilizó Núñez
de Castro, y más del t stimonio del P. Ossa,
unido a
1
de
D.
Francisco de Torres, se
deduce con toda evidencia que, aunque no
tanto como generalmente se supone, debió
de quedar de los ·papeles del P. Pecha lo
bastante en la
Historia
impresa para que le
dedicásemos este artículo.
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!.-[Historia General de la Isla,
y
Reyno de Sardeña. Dividida en siete
Partes. Dirigida a la Catolicissima Ma–
gestad del Rey
N.
S. D. Felipe Quarto el
Grande -Qvarta Parte de la Historia
General de la Isla, y Reyno de Sardeña ].
Compvesta por Don Francisco de Vico
del Conseio de su Magestad,
y
su Re–
gente en el Supremo de [Aragon–
Aragon. Tomo Segvndo]. Con Licencia.
En Barcelona. Por Lorenzo Déu delante
el Palacio del Rey. Año M. DC.
XXXIX.
- Dos tomos en siete partes en
fol.º,
de
hs.
80 (s.
16 p.
n.)-108 (s. 3
p. n.)-290
(s.
43
p. n.), 89 (s. 2 p. n.)-226 (s. 2 p. n.)-
114
(s. 6 p. n.)-76 (s.
91
p.
n.).
EL
P.
DrnGo
PI TO
(?).
«Martini
(Biograjia arda)
croit qu'il est
l'auteur caché de
Histori'a general....
attri–
buée
a
Frarn;. Vico», diqm Backer (n, 1994)
y
Sommervogel (v1,831) con alguna ligera
inexaLtitud, y sin atreverse ninguno de ellos