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- xr. -

nos lo promete explícitamente con las palabras: "Buscad

primero el reino ele Dios

y

su ju ticia, y toclas las

clemás co as se os clarálJ por aíiacliclura" {llfatth. 6, 33).

¿Hemos percliclo ya la coufianza en la promesas de

Nuestro Seíior?

Cómo se puecle abolir los desórdenes en las fiestas

lo muestra con su ej emplo el Veu. Juan Bautista

Vianney, cura de Ars, quien elevó las solemnidades

religiosas sin el lujo y excesos profanos.

¿Qué es,

Jllle , lo que se elche hacer

¡1ara

regularizar las

fiestas religiosas?

.Ante todo hay que instruir

á

lo

fieles en los mist rios de la fe, hacerles ilistiuguir entre

lo e encial y accesorio, lo interior y exterior de la

religión y devoción. "La fe, in la cual e impo ible

agraciar

:i

Dios no con i te en exterioridades ino en

la creencia del alma."

1

Á

e to contribuye, e clecir,

coadyuva

:i

penetrar los misterios ile uue trn santa

religión, el celebrar las fiestas religio a cu los días en

que caen según la liturgia, y las fie tas m:ís grande ,

como

l:i

Natividad de Nue tro Se1ior, Pascua de Resu–

rrección y Pentecostés, con mayor solemnidad que las

fiestas secundarias. Pero " las solemnidades litúrgicas

no siempre ocupan el lugar que la Jgle ia pide en

cuanto

:i

la pompa y majestad ; pue de graciadamente

vemos en eso grande clía de los mi terio principales,

y

:í.

vece hasta ea la olemniclad de las olemuidades,

1

S. Auo., De catech. rud.: "Fides non est salutantis cor–

poris, sed credentis animi,

t

sine lide impossibile est pla–

cere Deo."