-
XXXIX -
Pero se nos dirá : Si somos tan severos se dis–
minuiníu notablemente los emolumentos parroquiales
y
no
habní.
lo necesario para sostener el culto. No hay
que temer ; si nosotros hacemos lo que es de Dio ,
Él harn lo que e de nosotros y nos cuidar:í como
{~
las uilias de sus ojos : "Quien os tocare
:í
vosotros, toca
en las nilias de mis ojos" (Zac. 2, 8). Pues Jesucristo
cada año
á
J ano, dios del tiempo, y á la diosa ele las Estrenas
con solemnidades supersticiosas y toda suerte de desórdenes.
(Véase CRors.
ET,
Año ristiano, Enero, día I). Habiéndose
ios romanos posesionado ele España, introdujeron allí las
festividades en honor de J ano y ele la diosa de las Estrenas,
y los españoles las llevaron consigo
á
la América llamada
ahora latina. Con el tiempo estas festividades gentílicas to–
maron la forma actual de '·los Inocentes". Asimismo el
Carnaval es resto del paganismo de los antiguos romanos,
á saber, ele ias bacanales, instituidas en honor de Baco,
dios de la embriaguez. (Véase el artículo "Bacanales" en
R.
J .
Do~.IÍNG
EZ,
Diccionario nacional ele la lengua española.)
.A.hora .bien, ¿ofreció alguna vez un sacerdote cristiano el
augusto sacrificio ele la l\Iisa con asistencia de "Inocentes" ó
carnavalistas, administrándoles las gracias depositadas por
J esucristo en la Iglesia, y dándoles a
í
una bendición litúr–
gica para sus orgías? ' unca jamás.
¿
1
o
sería esto mezclar
el culto verdadero ele Dios con la idolatifa y Ja santidad ele
los misterios de la religión cristiana con las inmundicia del
paganismo? ¿No sería semejante modo ele proceder una
acción sacrílega, una profanación de las cosas santas? Y
¿qué diferencia esencial hay entre "los Inocentes"
y
carnaval
ele los blancos
y
Jos hailes ele los indios con sus borracheras
y
desórdenes?
/d .