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XXXV!l -
particular, gravamos la conciencia de los Se1iores Sacer–
dotes, que vean si no será.n responsables delante del
Señor, cuando saben que tales Misas, que celebran para
las imá.genes del Nilio Dios, sirven infaliblemente ele
ocasión para el baile, embriaguez
y
otros desórdenes.
Por lo que, tanto á. los Seilores Curas como á los demiís
Sacerdotes, exhortamos en el Señor, que nos ayuden
cou su cooperación, para desterrar ese abuso detestable
que deploramos, introducido sin duda por astucia de
Satanás en el pueblo cristiano, para ultrajar
á
nuest.rodivino Redentor
y
perder las almas cristianas.''
En muchos ca os no es celo por la gloria de Dios
el que hace lo gasto arriba mencionados, sino el deseo
de que .se tribute culto al prioste que ha sabido arre–
glar una fiesta tan espléndida, es pues el amor propio
que quiere que se seiiale con el dedo al autor de la
fiesta:
"At pulchr um est digito monstrari et dici: hi c es t."
(Persio.)
No pocas veces las fiestas religiosas están unidas á
borracheras, ó más bien, éstas se han puesto la c"apa de
religión, pues "los devotos" asisten medio borrachos
:í
la Misa, si no prefieren faltar del todo. ¿
Á
quién uo
viene
á
la memoria lo que dijo Dios
á
los Israelitas
por boca del profeta Amos: "Yo aborrezco
y
desecho
vuestras festividades"?
"¿
s·e 11odrá reudil' culto á
Dios desagradándole? "
1
¿Con qué devoción puede
el sace,rdote ofrecer el sacrificio inmaculado de la Misa,
t
Boletín Eclesiástico
l.
c.