Table of Contents Table of Contents
Previous Page  131 / 916 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 131 / 916 Next Page
Page Background

-

C:XXV -

la par que la gracia sacramental sale misteriosa–

mente del sacrificio incruento de Jesucristo.

Habiendo el Ir Conc. Qnit. introducido el'Rit. Rom.,

no quedan abrogadas por esto otras costumbres, con tal

que sean laudables, p. ej.: la velación, pues el mismo

Rit. Rom. con el Oonc. 'I'rid. desea que se conserven

en la celebración del matrimonio las costumbres lau–

dables que "fuera del Rit. Rom. existen en las provin–

cias ecleshisticas.

.Aunque no conociéramos por la Escritura Sagrada y

la doctrina de la Iglesia el influjo del demonio en el

orden físico y moral, podríamos experimentarlo por sns

hechos. El pueblo lo nota también, pero en lugar de

recurrir

á

los medios de la Iglesia acude muchas veces

á

las nper ticiones, en otro término, quiere echar al

demonio por medio del demonio. Los auxilio contra

el poder del infierno son la oración y

los exorcismos

y

bemlicioues de

la

Iglesia, en especial el agua

bendita.

Santa Teresa dice en su vida (e. 31) : "De

muchas veces tengo experiencia, que no haY, cosa

con que huyan los diablos más, para no tornar, que

con el agua bendita." El Brev. Rom. (Pro Clcr. Roro.

11 mai.) refiere: ".Alexander decrevit, ut aqna benedicta

sale admixta, sacris precibns interpositis, tam in templis

qnam in cnbicnlis ad fngandos dremones perpetuo asser–

varetnr." La virtud del agna bendita nos la enseña

auténticamente el Rit. Rom. en el Ordo ad faciendam

aqnam benedictam, del cual hemos tomado lo que de–

cimos sobre el agua bendita en el artículo de los

~-~~~~~~~~~~~~~~~~~~~--....,-;