-
CXVllJ -
divina institución; y como conclu ión probar:í el
p~írroco
la necesidad de que los qne se a an, se preparen como
cri tiauos para este estado santo.
o solamente en
pláticas sino también
en Ja e cuela elemenfales
y
cateci mos hay que explicar el sacramento del
Matrimonio.
o preguntará con admiración: ¡Qué!
¿
tra,–
tar en la escuela de una materia tan delicada? Pero
entiéuda e que á los ni1ios no se habla de u u licito
matrimouii ó de usu matrimonii outra naturam y cues–
tione emejante ; sino del aoramento mi mo puéde e
tratar con nii10 con mucho provecho espiritual de ellos,
lo cual ver mos inmediatamente. Otros dicen: o con–
viene cnse1iar á lo ' niüos co as que no entienden. El
autor del principio do que e ense1ie á los nii1os solamente
lo que comprenden, es Ron sean, y admifü tal principio
en la catequética ería abrir ampliamente la puerta
al e copticismo y
~í
la in redulidad. Al contrario el
ni1io tiene que abrazar la verdade de la religión con
la
fe
y lo hace gustosamente, porque "el alma c1e sí
e cri tiaua", y las virtudes teologaJes y lo dones del
·E píritu Santo infuso mediante el Bauti roo ayudan y
aun impelen al niiio :í creer.
¿
ompremlerán p. ej . lo
nilios el misterio .de la Sautí ima T rinidad? Por cierto
que no ·
in
embargo nadie duda que se debe euseíiar–
le de de 1 principio e te mi
t
río fundamental d la
religión aunque e el más ob curo. Otro dicen:
hay que hablar
á
los niilos de d bere
á,
los nale no
e tán obligado todavía; cuando tomen estado, se les
explicani la ob!iuaciones de lo ca ado . Admitién–
do e e to e reducirá en el oateci mo la explicación