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sacratísima. El fin
y
objeto del matrimonio cristiano
es la santificación ele la familia, dar bueno hijos
á
h
Iglesia, virtuosos ciuclaclanos
á
la sociedad
y
moradore
al cielo; en una palabra, el
fin
ele este sacramento es
la felicidad temporal
y
eterna de los hombres.
La familia es propiamente el plantel ele la vida
cristiana, plantado por la mano de Dios ; ella es más
que cualquier otra institución la educaclora de la huma–
nidad ; ella es, por la posición que en la Iglesia le ha
dado el fundador de ésta
y
como imitación de e
ta
misma Iglesia, el baluarte invencible del orden, lle las
buenas costumbres
y
disciplina; ella es el último asilo
de la virtud, ele la fe y del temor de Dios. .Asocia–
ciones piadosas pueden disolverse, establecimientos de
educación perder e, órilenes religiosas desaparecer de
la tierra,
,t
lo menos por algún tiempo ; la unión de
la comunidad eclesiá tica romperse violentamente : la
familia cristiana exi.stirá mientras dura la Iglesia ; ella
tiene con
y
en ésta la promesa de una duración no
perecedera hasta el fin del mundo. En
In
familia
y
por
ella toma la vida moral del individuo eu los más- casos
ó
á
lo menos muy frecuentemente, aquella dirección en
que sigue invariablemente. Y mayor influjo que maes–
tros
y
catequistas, predicadores y confesores, ej erce
sobre el hombre ordinariamente aquella que le es con–
forme al orden de la naturaleza, más cercana que cual–
quier otro hombre, la madre
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Significativo es que el Hijo <le Dios obró su primer
milagro en ocasión <le
la
fundación ele una nueva fam ilia.